El torero tlaxcalteca murió un mes después del percance con el toro “Pan Francés” de Guanamé.
“El Pana sufre cornada en la Monumental de Aguascalientes”, “Impresionante cornada provoca fractura de vértebras a ‘El Pana‘”, eran los titulares de la prensa un día como hoy pero del año 2016 cuando el toro “Pan Francés” propinó una mortal lesión al “Brujo de Apizaco”, la cual provocaría 32 días después la muerte del diestro tlaxcalteca.
Fue un 1 de mayo cuando en la plaza “Alberto Balderas” de Ciudad Lerdo, Durango, el matador tlaxcalteca de 64 años de edad recibió una cornada del toro colorado de pinta que lo dejó inmóvil sin poder respirar por sí mismo; los primero reportes médicos dieron cuenta de que el diestro sufrió una lesión raquimedular, tras la dura caída que fue irreversible y quedó tetrapléjico.
Fue trasladado al Hospital Civil de Guadalajara, donde recibió atención médica especializada, y fue ahí donde continuó mostrando su arrojo, pero ahora para salvar su vida, lucha que mantuvo por 32 días más, y el 2 de junio cuando colgó el capote después de 37 años de magia por decisión propia.
El Pana, se consideraba a sí mismo como el último torero romántico, quien siempre expuso que sería feliz si moría en el ruedo.
Él consideraba que el día más grande de su vida fue cuando decidió ser torero, “yo siempre he querido morir en una plaza, para cerrar ese capítulo romántico del toreo me gustaría morir como Manolete y como dijo Juan Belmonte se hará lo que se pueda”, y se pudo.