Sin escuela y sin templo, dejó el terremoto del pasado 19 de este mes a San Pedro Atlixco, una comunidad del municipio de Tianguismanalco, localizada en las faldas del volcán Popocatepetl.

Con una población de poco más de mil habitantes, este pueblo registró uno de los 45 muertos que dejó el movimiento telúrico en el estado de Puebla; pero, no tuvo lesionados por el derrumbe de la escuela primaria Aquilés Serdán, donde 174 alumnos salieron prácticamente ilesos.

Según los vecinos, Gonzalo Flores Espinosa salvó a varios infantes, quienes quedaron paralizados por las sacudidas en el interior del inmueble que había sido construido en 1945.

Para los padres de familia, no hubo tragedia en la escuela, porque los niños salieron de clase a la una de la tarde y el temblor sucedió casi 15 minutos después. De lo contrario muchos habían quedado sepultados.

«Los niños veían que todas las paredes se caían. Uno de los niños también se quedó ahí, tenso, se quedó viendo todo, cómo se derribaba la escuela, hasta que el señor Gonzalo lo salvó», relató Laura González.

A unos metros de ahí, estaba la iglesia consagrada a San Pedro Apostol, cuyo atrio cumple la función de panteón. El templo está prácticamente en ruinas. La nave principal no sosportó la embestida del terremoto

«Lo primero que hice al regresar fue ir a la (escuela) primaria. Estaba yo preocupado por los niños de allá. llega una persona y me dice: vente a ver, tu que estás encargado de la iglesia, y mire, también colapsó», refirió Justino Martínez, fiscal de la iglesia.

Justino no estaba en el pueblo. Tras el colapso del templo, tomó la decisión de resguardar las imágenes de bulto y pinturas, las cuales rescató prácticamente de entre los escombros. Y espera, junto con sus vecinos, al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para saber el destino de este edificio religioso con más de 200 años de antigüedad.

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