Según su representante, sufren pobreza y desnutrición; además, reciben educación de mala calidad
El representante en México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF por sus siglas en inglés), Christian Skoog, aseguró que en Puebla los niños indígenas son los más vulnerables, porque además de sufrir pobreza y desnutrición, reciben educación de mala calidad.

Según los datos de la organización internacional, únicamente cuatro de cada 100 infantes que hablan alguna lengua indígena logran concluir la instrucción primaria con conocimiento básicos adecuados.

Ante dicho panorama, UNICEF en México trabaja con los maestros para mejorar su formación para que la educación de los indígenas sea pertinente en relación a su cultura, y la par lograr que lingüística de los materiales y la curricular se apegue al contexto de los niños.

“Es un trabajo de largo plazo, pero es importante para cualquier sociedad”, dijo al explicar que para lograr que el país sea competitivo hay que lograr tener una buena educación.

Sobre la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, consideró que aún cuando de trata de una normativa que está bien construida, es necesario que las autoridades acorten metas para lograr que en 2018 se reduzca la violencia que padecen los infantes en el país.

“Es una ley tan ambiciosa que va a tardar mucho en aplicarse por lo que hay que moderar las metas”, abundó durante una entrevista ofrecida a medios de comunicación, tras dictar la conferencia “UNICEF y su labor en México”, en el Auditorio del Complejo Cultural de San Pedro Cholula.

Dijo que la violencia en el hogar es el uno de los retos de la ley, porque las Procuradurías para Protección de la Niñez en los estados solo tienen la capacidad de atender un 10 por ciento de los casos y realmente generar procesos judiciales en aquellos que se requiere. “Aún son débiles”, apuntó.

“Para nosotros tenemos un país con instituciones fuertes y leyes que considera a todas las violaciones, pero falta mucho por hacer. Hay mucha violencia en el hogar y obesidad o desnutrición. Además hay desafíos de migración”, a la par de la ausencia de estrategias para evitar que los menores se contraten con el crimen organizado.

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