La intención es generar estrategias para evitar estos delitos


Con el objetivo de que los universitarios tengan un conocimiento más profundo sobre las distintas formas de activismo ante los feminicidios, la Universidad Iberoamericana de Puebla organizó un ciclo de conferencias encaminadas a ofrecer un espacio de diálogo interinstitucional, sumar esfuerzos y proponer opciones de mayor alcance ante la violencia contra la mujer.

Karla Cristina Aguirre, fundadora del grupo, en compañía de David Alberto Hernández, Diana Vázquez Zamora y Diana Valentina Zapata, alumnos de la Licenciatura en Psicología de la UDLAP, señaló que el objetivo del proyecto es abordar la epistemología y metodología feminista como un compromiso ético, político y estético en la búsqueda de nuevas estrategias de solidaridad
.
Karla Aguirre mencionó que las propuestas de activismo ante los feminicidios surgen de un trabajo colectivo interdisciplinario. El cual inicia con un análisis detallado de la definición de la palabra feminicidio, explicó que dicha palabra fue utilizada en un contexto político por primera vez en 1967.

Al respecto abundó que en México se considera feminicidio al conjunto de violaciones a los Derechos Humanos de las mujeres, a los crímenes y a las transgresiones con razones de odio. Aunque también se le atribuye a éste una carga de genocidio.

De igual manera, la coordinadora del proyecto mencionó que en Puebla las condenas por feminicidios son de 40 a 60 años de prisión y con multas de 500 a mil salarios mínimos. No obstante, aunque existe un artículo en contra de los feminicidios y una postura de la ley, muy clara para combatirlos, dichos actos contra la mujer se siguen incrementando.

En este sentido, Cristina Aguirre destacó que las principales motivaciones bajo las cuales se tipifica el delito son el odio o aversión, celos extremos, lesiones o mutilaciones degradantes previas a la privación de la vida, violencia sexual y contactos crueles.

“Ante esto y debido a las pruebas que se han reunido de cada caso, a partir de la exposición del fenómeno se observa que se ha desarrollado una necro-política, una forma de matar y dejar morir en donde se denigra y se le quita humanidad al cuerpo para ser expuesta como un objeto, lo que caracteriza esta necro-política es el uso de violencia innecesaria”, comentó.

Asimismo, la coordinadora del grupo recalcó que la importancia de hablar de activismo ante la realidad social actual debe ser entendida como resistencia, como una forma de negación y como un proceso de creación y transformación de la situación, la cual solo puede ser visibilizada a partir de la participación activa de la comunidad.

Finalmente, este grupo de investigación insistió en la importancia de elaborar espacios de diálogo que se relacionen con temáticas para generar un pensamiento crítico, de ahí la importancia de convertirnos en activistas desde la vida cotidiana y eso solo será posible evitando chistes hirientes, conductas agresivas, y teniendo como prioridad el respeto a la mujer.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *