En mayo la administración estatal empezó los trabajos de destrucción de la ciclopista para ampliar la vialidad a tres carriles

En la parte baja de la autopista Puebla – México, finalmente quedaron operando únicamente  dos carriles para la circulación de vehículos en el tramo convertido en bulevar por la construcción y operación del llamado segundo piso. Hace un par de días se concretó la pinta de la señalética horizontal con la que se delimitaron los carriles para circular.

Esta decisión, contraviene a lo que en su momento la Secretaría de Infraestructura, Transporte y Movilidad (SITM) planteó cuando retiró una ciclopista construida en el camellón central. En mayo de este año, la dependencia informó el retiró de la ciclopista para poder ampliar a tres carriles el bulevar, como lo exigieron diferentes organismos empresariales, así como trabajadores de la planta Volkswagen.

La ampliación, que consideró la destrucción de la ciclopista, según lo dijo el propio gobernador, José Antonio Gali Fayad, corrió a cargo de la administración estatal y no de la empresa encargada de construir el segundo piso.  Fue en mayo cuando el mandatario poblano reconoció que la obra generaba un cuello de botella.

Para ampliar a los tres carriles el gobierno contrató a la empresa  constructora Grupo Proyecsa e Ingenieros. A las 22 horas del 2 de mayo de 2017, los albañiles empezaron la destrucción del camellón central de la parte baja de la autopista, y con ello la desaparición de la ciclopista que  construyó OHL-Pinfra, y cuyo costo ascendió a 150 millones de pesos.

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