Mientras no cumpla con los estándares de saneamiento, los problemas de olor fétido y espumas nocivas que se forman en el agua.
La inversión que realizará el gobierno federal en la planta hidroeléctrica la Carmela es admirable por el rescate del espacio público, sin embargo no será total y funcional si se omite el saneamiento del Atoyac, señaló el activista Héctor Cortés Hernández.
El maestro en Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable ha estudiado los problemas del lugar desde el 2018, llegando a la conclusión de que no solo se necesita embellecerlo, sino erradicar la contaminación que despide olores fétidos y perjudica a la ciudadanía.
Remarcó que mientras la planta de tratamiento, que está a la derecha del antiguo castillo, no cumpla con los estándares de saneamiento y siga arrojando a los riachuelos agua contaminada, los problemas de olor fétido y espumas nocivas que se forman en el agua, justo debajo del lugar seguirán afectando a los habitantes.
«Para intervenir esa zona necesitan un plan integral de regeneración hídrica, no solo una reconstrucción, ni una pintadita, como es una regeneración urbana. Aquí lo urbano no puede ir ajeno a lo hídrico porque si no puede ser algo como el parque metropolitano, en donde podemos ir a correr pero con el riesgo de enfermar de las vías respiratorias».
La planta hidroeléctrica Carmela fue parte de la infraestructura de la planta textil más grande del municipio de Puebla en el siglo XX y sus ruinas ahora serán intervenidas por la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano para convertirlas en un nuevo centro cultural público.
Con una inversión de 70 millones de pesos, la Sedatu construirá una casa de cultura, un cicloestacionamiento, mercado, paseo y parque lineal con el objetivo de que el lugar cuente con equipamiento a nivel de barrio.
La hidroeléctrica Carmela, ubicada en la colonia San Isidro Castillotla, fue construida entre 1911 y 1912 por Carlos Mastretta, como parte del proyecto para proveer de energía eléctrica a la textilera establecida en Mayorazgo, a 5 kilómetros del lugar.
Para llegar al lugar podemos avanzar por la Avenida 11 sur y seguir por la Carmelitas, o bien, ingresar desde el periférico ecológico.
Aunque solo se conserva el casco de la hidroeléctrica, los lugareños se han encargado de mantener limpias las áreas verdes y desde hace un par de años habían pedido al gobierno el rescate integral de la zona, partiendo del aspecto hídrico.