Puestos improvisados de casas entre las avenidas 105 y 113 Poniente venden bebidas alcohólicas a estudiantes de escuelas cercanas, un mal que, denuncian, ha empeorado

Cada fin de semana, algunas casas de la Unidad habitacional Loma Bella abren su puerta para vender bebidas alcohólicas sin ningún tipo de regulación, lo cual molesta a otros residentes de la zona, quienes piden la intervención al Ayuntamiento de Puebla, ya que es un problema que data de la administración pasada y ha no ha hecho más que empeorar.

Un vecino relató a URBANO Noticias que ha proliferado el ruido a altas horas de la noche y el consumo de alcohol en menores de edad, pero también las riñas entre gente alcoholizada, las cuales ni la policía puede disuadir.

“Hace dos meses, en un edificio en la calle 7 Sur en plaza las Américas, hubo una pelea de mucha gente, los vecinos se espantaron de que salieron a relucir armas blancas y vino la patrulla, pero ellos solo controlan, no pueden disuadir ni quitar el puesto”, recordó.

Aquellos puestos improvisados, dijo, están en un corredor entre las avenidas 105 y 113 Poniente, donde se encuentran escuelas de kinder, primaria, secundaria y bachillerato, cuyos alumnos son generalmente lo que más caen en el consumo de bebidas aolcohólicas.

“Hay bares y cantinas al por mayor todo Loma Bella al interior, ya cualquiera abre la puerta de su casa y expende cocteles, bebidas alcohólicas. En lugar de que se controle se va incrementando y lo peor es que hay un corredor escolar desde la 105 poniente donde están kinder, primaria, secundaria y bachillerato”, denunció.

Este problema, dijo, no ha sido resuelto pese a las repetidas advertencias al presidente municipal, Eduardo Rivera, y al área de Normatividad.

“Nos dicen si se va a atender y es la fecha que no se atiende”, lamentó el vecino.

Obras no duran por falta de cultura

Por otro lado, acusó que los vecinos no tienen respeto por las canchas ni parques que el Ayuntamiento rehabilita; en muchos casos levantan los alambres y rejas de separación para meterse a pasear a sus perros.

“Desafortunadamente estos beneficios duran muy poco por la falta de cultura de los vecinos, la gente pide que esté abierto 24 horas, eso sería imposible porque en una semana se lo acaban”, afirmó.

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