Algunos franeleros tenían colgados gafetes, pero no portaban el uniforme de supervisor.

En algunas calles del centro histórico de Puebla, donde están pintados ya los cajones para el servicio de parquímetros, se pudo observar que aún hay franeleros laborando como si nada, mientras que los supervisores de movilidad brillan por su ausencia.

En entrevista, Juan Diego de 15 años quien se encontraba limpiando una camioneta en la calle 2 oriente y 4 norte (muy alejado del supervisor de movilidad) contó que se acercó al ayuntamiento como les habían indicado, pero que solo le pidieron el número y jamás le marcaron o solicitaron datos, razón por la que él siguió como si nada.

“Asistí me pidieron mi número, dijeron que me iban a marcar y jamás me llamaron, nunca se me acercaron”.

Sin embargo, afirmó que no iba a pelear ese trabajo, y que se iba a ir de albañil, posiblemente fuera de Puebla.

Llegue a las 8 de la mañana y ya estaba el supervisor pero no me dijo nada, el lunes me voy no pelearé la plaza”.

En esta línea, cuando se le cuestionó sobre qué había hecho el supervisor, indicó que nada, que solo se había parado a platicar con un guardia, y que en ningún momento había interceptado a algún automovilista ni informado de la entrada de este estacionamiento rotativo.

“El supervisor no ha hecho nada no se ha acercado a los carros solo está parado con el guardia del museo hablando”.

Ante su confesión, cuando se le quiso cuestionar al supervisor sobre su labor, este simplemente sé cerró y dijo que no podía decir nada.

Así siguió el recorrido realizado por URBANO Noticias. Se entrevistó a Mariano, un franelero de la 6 oriente 4 norte que anteriormente cuidaba autos en la calle de los dulces, contó que no sabía nada acerca del proyecto, por lo que él seguía ejerciendo esa labor.

He trabajado normal, no me han dicho nada, he cobrado propinas, si me dicen algo me tengo que mover a buscar otro trabajo, lo que haya, ayudar a locatarios o solo limpiarles el cristal”.

Otro caso fue el de un franelero que tenía apartados varios cajones con cubetas y pacas, y que al momento de quererlo entrevistar no quiso decir nada.

Cabe decir que algunos franeleros tenían colgados gafetes, pero no portaban el uniforme de supervisor (que tenía el único supervisor que se vio en todo ese lapso), por lo que posiblemente solo fingían.

Por consiguiente se captó audio de uno de ellos, quien dijo lo siguiente:

“Donde está marcado no puedes porque van a poner los aparatos esos, no puedo apartar porque pasó tránsito y me dijo que no apartara yo (…), Yo trabajo para ayuntamiento fui a sacar mi permiso, y en 15 días me traen uniforme radio y gorra (…) ahorita que aprovechen, pero cuando estén los aparatos ya pagarán 5 pesos”.

Tal diálogo fue confuso, puesto que no tenía el gafete del otro supervisor ni el uniforme y había dicho que iban a instalarse aparatos cuando el ayuntamiento aseguro que van a ser digitales.

De esta manera algunos franeleros se hacen pasar por supervisores, otros no saben de los parquímetros y siguen laborando normalmente sin que nadie les diga nada.



Ante tal situación la gente está desorientada y sigue estacionándose como si nada y pagando propinas a franeleros. No hay señalamientos, marcas, ni tiendas para registrarse o pedir informes.

Falta mucha información, aquí hace falta algo en el piso para saber que está funcionando esto, ahorita yo no sé si está funcionando, yo esperaba algo más práctico, no veo señalamientos, no está la tienda que va a vender los tiempos”, aseguró un locatario del centro que había dejado su auto estacionado.

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