En contraste, el centro de la ciudad de Puebla luce vacío por la ausencia de informales en las calles como la 8, 10 y 16 poniente sobre la cinco de mayo.

A pesar de que Puebla se mantiene en semáforo rojo por el alto número de contagios del COVID-19, los ambulantes enfocados a la venta de comida empiezan a regresar poco a poco en el primer cuadro de la ciudad.

Para este martes, destacó la presencia de vendedores en vía pública en el Paseo Bravo, sobre todos, los carritos azules que se dedican a vender desde tacos árabes, al pastor, barbacoa, tamales y hasta algunas gorditas en esta zona.

Son pocos los ambulantes los que acatan algunas medidas de sanidad con la venta de sus alimentos, pues quienes los preparan tienen cubre bocas y en sus carros azules, tienen gel antibacterial.

En contraste, el Centro Histórico de la ciudad de Puebla luce vacío por la ausencia de informales en las calles como la 8, 10 y 16 poniente sobre la cinco de mayo.

Solamente son pocos los ambulantes los que en esta ocasión se aferran para vendiendo algunos de sus productos como bolsas para mujeres, cubre bocas, jugos de naranja y tacos de canasta.

En los últimos días, cámaras empresariales han solicitado a las autoridades en Puebla hacer algo con los ambulantes, quienes no acatan la petición de no vender sus productos, a pesar de que el estado se mantiene en semáforo rojo, obligando a los negocios establecidos abrir hasta nuevo aviso y con el 30 por ciento de su capacidad.

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