La deuda se originó en el año 2016 durante la administración del alcalde priísta Tomás Vásquez Vásquez, y el actual edil se niega a pagar.
Celia Lázaro Martínez lleva dos años reclamando el pago de 60 mil 845.76 pesos al ayuntamiento de Ixtacuixtla de Mariano Matamoros, por el servicio de cancelería de aluminio que colocó en la presidencia de la comunidad de Santa Inés Tecuexconac, cuya contratación corrió a cargo del entonces alcalde Tomás Vásquez Vásquez.
Una vez que concluyó el trabajo el expresidente municipal, Tomás Vásquez notificó a la contratista que sería la próxima administración la que cubriería el pago, motivo por el cual Celia Lázaro se presentó con el actual presidente municipal de Ixtacuixtla, Rafael Zambrano Cervantes, a quien presentó la factura para recibir el pago correspondiente, empero el edil se negó a cubrir la cuenta pendiente.
Sobre este caso, Celia Lázaro pidió mediante un oficio presentado al Congreso del Estado y al gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez su intervención para lograr cobrar ese dinero, además acusó que el alcalde Rafael Zambrano la ha tratado de manera grosera, déspota y en varias ocasiones la ha tomado del brazo para sacarla de su oficina cuando ella se presenta para solicitar el pago por el servicio que prestó al ayuntamiento.
“De una forma muy grosera me pide que me retire haciendo incluso el comentario que de su bolsa no iba a pagar deudas ajenas y argumentando que el que me debe pagar es Tomás Vásquez, y de una manera burlona me dice que seguramente él ya había cobrado mi pago”, explica.
En el oficio que también hizo llegar al Órgano de Fiscalización Superior (OFS) y a la prensa local, la afectada comentó que la contralora local, Isabel Maldonado Textle, entregó un documento en el cual se confirma que existe una adeudo, sin embargo cuando se vuelve a dirigir con el alcalde para confirmar el adeudo de los más de 60 mil pesos, el presidente municipal priísta vuelve a negar el pago y la saca a empujones del ayuntamiento.
“Me atendió solo para volver a negar de una forma déspota, burlona, y grosera como es su costumbre, sacándome del brazo de su oficina argumentando que tenía asuntos más importantes que atender, yo me retiro apenada e indignada por el trato recibido, al parecer por el solo hecho de ser mujer y no ser de su agrado, es una pena que personas como el profesor Zambrano sean los encargados de representarnos”, agregó.
Por lo anterior, solicitó la intervención de las autoridades para que pueda recibir el pago por un trabajo que realizó hace más de dos años y del cual fueron beneficiados los habitantes del municipio.