Las primeras imágenes extraidas del observatorio necesitan digitalizarse para preservarlas, la cámara que tiene es de alta calidad así que no será problema.
Este día se cumplen 80 años de la fundación del Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla (OANTON), el cual marcó el inicio de la Astrofísica moderna en nuestro país, produjo descubrimientos astronómicos importantes y fue la simiente de otros observatorios mexicanos y del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
El OANTON cumple ocho décadas de existencia con su telescopio histórico, la Cámara Schmidt, aún trabajando en el monitoreo y estudio de asteroides cercanos a la Tierra, y con un proyecto de digitalización de las casi 16 mil placas astrofotográficas obtenidas con el mismo. Esto permitirá a las futuras generaciones continuar explotando científicamente el legado de los astrónomos del Observatorio.
El OANTON fue fundado en 1942 por Luis Enrique Erro, jurisprudente, político y astrónomo aficionado a la observación de las estrellas variables. El OANTON constituyó el primer esfuerzo de descentralización de la ciencia en México.
El Observatorio fue equipado con una Cámara Schmidt armada en los talleres de la Universidad de Harvard. Seducidos por el proyecto de Erro, en Tonantzintla convergieron algunos de los jóvenes físicos, matemáticos, astrónomos y técnicos más talentosos y entusiastas de aquella época: Guillermo Haro, Luis Rivera Terrazas, Carlos Graeff, Fernando Alba, Félix Recillas y Enrique Chavira, entre otros. De especial relevancia resultó la contratación de la astrónoma Paris Pishmish, egresada de Harvard, quien fue la primera maestra de Astronomía en México.
Con la Cámara Schmidt se estudiaron a profundidad vastas regiones del firmamento y se realizaron importantes descubrimientos de objetos celestes. El nombre de Tonantzintla apareció en los catálogos internacionales y se convirtió en referencia obligada para los especialistas. Algunos de los descubrimientos que se hicieron en el Observatorio obtuvieron el reconocimiento internacional y colocaron a México en un lugar destacado de la astronomía mundial.
Para el Dr. José Ramón Valdés, Coordinador de Astrofísica del INAOE, este aniversario es muy importante: “La Cámara Schmidt inauguró la etapa de la Astrofísica moderna en México. Fue el primer telescopio que permitía hacer observaciones desde un punto de vista muy profesional, era un tipo de instrumento que en ese momento se estaba instalando en muchas partes del mundo para construir catálogos estelares, y que al mismo tiempo permitía estudiar las propiedades físicas de los objetos astronómicos. Tenemos un telescopio que va a cumplir 80 años y que todavía se mantiene funcionando, haciendo observaciones profesionales. En particular, hoy en día está particularmente dedicado a hacer observaciones fotométricas de asteroides cercanos a la Tierra”.
El investigador refiere que entre los descubrimientos más importantes realizados en el OANTON están los objetos Herbig-Haro, observados por Guillermo Haro en Tonantzintla y por George Herbig en Estados Unidos. “Son objetos nebulosos que tienen que ver con las primeras etapas de la formación de las estrellas y con la interacción del chorro bipolar que tienen las estrellas jóvenes con el medio a su alrededor. Los HH1 y HH2, que fueron los primeros objetos de este tipo descubiertos en la historia, fueron observados justamente con la Cámara Schmidt”.
En Tonantzintla también “se descubrieron algunas estrellas azules cerca del polo galáctico, cuando se pensaba que este tipo de objetos era más común en los brazos espirales. También se descubrieron galaxias activas que se conocen justamente con el nombre de TON, porque fueron observadas en el observatorio de Tonantzintla. También, al tener campos de visión muy grandes, teníamos una fuente muy importante de estudios de objetos variables en el cielo”.
El Dr. Valdés recalcó que hoy en día se le ha dado nueva vida a la Cámara Schmidt: “El grupo de Planetas Menores, y sobre todo los estudiantes del posgrado de Ciencia y Tecnología del Espacio, están usando con mucha frecuencia la Cámara Schmidt para la observación de parámetros físicos de asteroides cercanos a la Tierra, en el desarrollo de sus proyectos de tesis, entonces la Cámara Schmidt sigue haciendo investigaciones profesionales a pesar de ser un telescopio que va a cumplir 80 años”.
El Dr. José Guichard Romero, investigador de la Coordinación de Astrofísica del INAOE, lidera el proyecto de digitalización de las placas astrofotográficas tomadas con la Schmidt entre 1944 y 1994. El proyecto, comenta, se inició hace más de 10 años, se desarrolló el software, se compraron equipo y escáneres adecuados. Ya está en marcha el proceso de digitalización, aunque con la pandemia se detuvo, pero se espera concluir la digitalización en breve.
La digitalización de la colección permitirá hacer, entre otros, estudios de variabilidad o ver cómo se han movido algunas estrellas en el cielo (movimiento propio le llaman los astrónomos), y por supuesto el análisis espectroscópico de muchas placas, todavía de gran interés astronómico. “Las placas eran de vidrio, se tomaban con una emulsión especial y, como toda placa fotográfica, se deterioran con el tiempo a pesar de que las tenemos en un ambiente controlado con la temperatura y humedad adecuadas. Es importante, pues, conservarlas. Su digitalización nos permite aplicar todas las técnicas modernas de análisis de imágenes para el estudio astronómico de esas placas”.
Una vez que estén todas las placas digitalizadas se pondrán al servicio primero de la comunidad del INAOE y después de las comunidad nacional e internacional. “Se pueden todavía aprovechar muchísimas de las observaciones que hicieron Guillermo Haro y sus colaboradores a lo largo de 50 años prácticamente”.
Para el Dr. Guichard Romero este octagésimo aniversario es una fecha significativa: “El OANTON fue un parteaguas, el Observatorio fue la primera institución que se creó fuera de la Ciudad de México. Además, gracias al esfuerzo y al empuje de Erro y Haro, se convirtió en su momento en uno de los focos más importantes de la astronomía del mundo”.
A su vez, el Dr. Alberto Carramiñana Alonso, investigador de la Coordinación de Astrofísica del INAOE, comentó que la época en la cual se inauguró el OANTON fue particular: “La función de los observatorios en el siglo diecinueve era esencialmente determinar la hora local en un punto geográfico, eran observatorios de servicio. Con el desarrollo de relojes cada vez más precisos, como los de cuarzo y los atómicos, este tema pasó a un segundo orden. El OANTON se fundó para estudiar la física de las estrellas y saber cómo funcionan los objetos celestes”.
Consideró que una de las peculiaridades del OANTON es que se construyó cerca del ecuador, lo que significó una buena oportunidad para hacer levantamiento de objetos celestes en esa región. Haro, agregó, aprovechó para estudiar ciertos objetos. “Hay que tomar en cuenta que las placas astrofotográficas fueron tomadas en una época en la cual no existían las computadoras y cuando tampoco había detectores, así que la detección se hacía con la placa, que es susceptible a daño físico, su digitalización es importante para preservarlas”, puntualizó.
Además, añadió, el cielo va cambiando, “por lo que la colección de placas es un registro único para futuros estudios y como aportación de México al conocimiento universal”.
Para concluir, el Dr. Carramiñana dijo que la historia del OANTON es una historia exitosa y afortunada: “El OANTON es un observatorio que se creó hace 80 años y que vive una segunda luz pese a que está en un sitio urbano, y que desembocó en el INAOE, fundado con la visión de crear nuevos observatorios y que ha sabido aprovechar las condiciones de México para la astronomía observacional.