En el mes de junio se realizará el décimo Congreso Nacional de Tecnología aplicada a Ciencias de la Salud, en la Ibero Puebla.
Un mayor interés en las Ciencias y Tecnologías Biomédicas, un diálogo más estrecho entre médicos e ingenieros y el desarrollo de proyectos de diagnóstico y tratamiento son algunos de los resultados más sobresalientes del Congreso Nacional de Tecnología aplicada a Ciencias de la Salud, que cumple una década de existencia.
Para celebrar este aniversario, la décima edición del Congreso, que se realizará el del 13 al 15 de junio en la Ibero Puebla, reunirá a expertos destacados de todo el país, quienes presentarán los resultados de sus investigaciones y desarrollos.
Por lo pronto, ya se abrió la convocatoria para enviar trabajos al Congreso. Este año se espera la participación de 600 personas y alrededor de 200 trabajos de investigación.
El Dr. Eduardo Tepichín Rodríguez, investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y organizador del Congreso, comenta que el evento surgió como un experimento para encontrar aplicaciones tendientes a resolver problemas nacionales, principalmente del sector salud y con impacto social, de los trabajos que los investigadores en el INAOE desarrollan en Tonantzintla.
“La aplicación obvia fue en la Medicina. Lo que vemos ahora es que más áreas del conocimiento se están involucrando y las aplicaciones médicas son cada vez más sofisticadas e interesantes, y hay más equipamiento e infraestructura. Creo que ahora todo va hacia la automatización: diagnósticos automáticos, operaciones automáticas, ayuda de robots, por eso es que ahora las carreras de Ingeniería Biomédica tienen un nuevo boom”, explica en entrevista.
El investigador agrega que en el pasado la Ingeniería Biomédica se centraba en el manejo de equipo y el diseño de prótesis, pero que en la actualidad hay interés por todo lo que se puede hacer en recuperación y análisis de datos y diagnóstico a distancia.
“El INAOE no es la excepción: durante estos diez años muchos colegas se han adentrado en este terreno, por eso es que siempre hemos tenido la presencia de colegas del INAOE en el Congreso, y por supuesto de todo el país”, dice.
El Dr. Eduardo Tepichín considera que se está dando el diálogo entre la gente que hace Medicina y la que desarrolla Tecnología, y que ya se cuenta con un lenguaje interdisciplinario, por lo que las aplicaciones fluyen con más naturalidad que antes: “Los estudiantes de Medicina están buscando hacer maestrías y doctorados en aplicaciones de Ingeniería, y, al revés, muchos ingenieros de licenciatura quieren hacer alguna especialidad que tenga que ver con la Medicina o que los acerque a ella”.
En este sentido, el ejemplo del INAOE es interesante, considera el investigador, porque en el nuevo posgrado en Ciencias y Tecnologías Biomédicas se reciben estudiantes de Medicina que quieren aprender un poco de Ingeniería, y estudiantes de Ingeniería que quieren aprender un poco de Medicina: “Es complicado pero les damos los conocimientos y herramientas suficientes para que empiecen a hacer proyectos interdisciplinarios, y ésta era la idea del Congreso desde sus orígenes. El posgrado no salió como producto directo del mismo, pero sí de todo el ruido que hemos estado haciendo a lo largo de diez años”.
El organizador del Congreso dice que esta ocasión el Congreso se convertirá en un foro para indagar el futuro de la tecnología aplicada a las ciencias de la salud y cuáles son las nuevas técnicas de diagnóstico y tratamiento a mediano y corto plazos: “después de diez años vamos a analizar todo lo que hemos hecho y hacia dónde vamos”.
En la décima edición del Congreso de Tecnología aplicada a Ciencias de la Salud participarán algunos de los 250 conferencistas de los años anteriores que hablarán de lo que han hecho. También se expondrán casos de éxito.
“Hay un proyecto que me gusta mucho y que tiene que ver con Puebla: une al famoso Don Cuco con laparoscopía, y refleja muy bien el objetivo de la reunión. Las personas que en su momento trabajaban en los citados proyectos, coincidieron en uno de los congresos. Al combinar experiencias, diseñaron un domi simulando partes humanas ex profeso, para que los estudiantes de Medicina pudieran entrenar en un sistema con mayor similitud a la realidad”, subraya el investigador.
Finalmente, el Dr. Eduardo Tepichín se muestra satisfecho por los diez años del Congreso: “Estamos contentos porque pensamos que no lograríamos llegar hasta aquí, tenemos material, cada vez tenemos más gente que quiere participar, más conferencistas. En las primeras conferencias era muy difícil porque estaba todo perfectamente separado: eran médicos por un lado e ingenieros por otro lado, pero de tres años para acá hay más trabajos que se ajustan perfectamente en la temática del Congreso, ya son interdisciplinarios, ya son nuevas tecnologías aplicadas a diagnóstico y tratamiento. Vamos un paso adelante, a la vanguardia”.