Los investigadores han descubierto que el debilitamiento de la temperatura estacional, que había empezado en latitudes medias y altas al norte desde a finales del siglo XIX, se puede atribuir a las influencias humanas.

Investigadores de China, Reino Unido y Alemania combinaron los datos de observación y las simulaciones del modelo climático para identificar las influencias de las actividades humanas sobre los cambios climáticos entre los años de 1860 y 2000.

Los expertos examinaron los cambios en la magnitud de los ciclos anuales de temperatura, como las diferencias de temperatura entre los veranos e inviernos en las regiones que incluyen la meseta Tíbet-Qinghai, Europa, America del Norte y Noreste Asiático.

Los resultados mostraron que el incremento de la concentración de gases de efecto invernadero contribuyó principalmente a la reducción de la diferencia de temperatura entre los veranos e inviernos en las zonas de altas latitudes.

Además, los aerosoles producidos por el ser humano fueron los principales contribuyentes en latitudes medias al norte, según una tesis publicada en la jornada de Nature Sustainability.

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