La lluvia de meteoros Cuadrántidas tiene su actividad entre el 12 de diciembre y el 12 de enero, con su máximo este 3 de enero
El primer mes de 2022 nos ofrecerá cielos mayormente despejados, brindándonos la oportunidad de observar una nebulosa espectacular, un verdadero chubasco celeste y cuatro cúmulos abiertos, y nos presenta un gran reto: observar al asteroide 7 Iris. Además, la Luna pasando por sus diferentes fases, siempre es un motivo para mirar al cielo.
Objeto HV.27, un bicho raro
Existen muchas zonas donde coexisten regiones de hidrógeno gaseoso, ya sea en forma molecular (H2), atómica H (I) o ionizada (HII). En el año de 1785, el astrónomo William Herschel observó en la constelación de Monoceros (Unicornio) uno de estos peculiares objetos, al que llamó simplemente HV.27. Actualmente denominada NGC 2264, su aspecto recuerda un árbol de navidad con sus contrastes brillantes y oscuros, por lo que muchos lo conocen como el Cúmulo del Árbol Navideño.
A pesar de que la constelación de Monoceros no es de las más espectaculares por carecer de objetos brillantes, contiene al fascinante objeto NGC 2264 y a su vecina, la Nebulosa de la Rosetta. NGC 2264 tiene unos 8 años luz de diámetro, se ubica a 2,300 años luz de la Tierra (720 parsecs), y es, en realidad, una región muy compleja, contiene a la Nebulosa NGC 2264, al cúmulo abierto NGC 2264, a la Nebulosa del Cono, al cúmulo Copos de Nieve y a la Nebulosa de Pie de Zorro.
NGC 2264 está formado por estrellas muy jóvenes, con edades entre 1 y 100 millones de años, y muy brillantes, entre las que sobresale 15 Mon, una estrella magnitud 4.6 (125,000 veces más brillante que nuestro Sol), aunque en realidad es un sistema binario separado entre 6 y 46 unidades astronómicas, con masas de 12 y 30 veces la del Sol.
NGC 2264 ya estará bien ubicado para su observación, será visible la mayor parte de la noche con unos binoculares o telescopio pequeño, hacia la parte este de la esfera celeste.
Un verdadero chubasco, las Cuadrántidas
La lluvia de meteoros Cuadrántidas tiene su actividad entre el 12 de diciembre y el 12 de enero, con su máximo el 3 de enero. La tasa máxima observable será de 120 meteoros por hora. El radiante se encuentra en dirección de la constelación del Boyero, con coordenadas AR=15h20m, DEC=48º00´. El cuerpo menor 2003 EH1 y el cometa C / 1490 Y1 son los responsables de esta lluvia. Se espera que la lluvia alcance su actividad máxima el 3 de enero, alrededor de las 16:00 hora del centro de México, por lo que las mejores exhibiciones podrían verse antes del amanecer del 3 de enero y después de que el radiante suba el 4 de enero, hacia la parte noreste de la esfera celeste.
El cúmulo de la Pequeña Colmena
Probablemente este cúmulo abierto, M41, fue observado por Aristóteles en 325 A.C., sin embargo, se da el crédito de su descubrimiento a Hodierna, hacia 1654, también fue observado por John Flamsteed en 1702, por Le Gentil en 1749 y por Charles Messier en 1765, quien lo incluyó a su catálogo.
Ubicar a M41 es relativamente sencillo, ya que se encuentra en la constelación del Can Mayor, la que contiene a la estrella más brillante del firmamento: Sirio. Precisamente a unos 4° de esta estrella y muy cerca de 12 Cma, podemos localizar a M41. Este cúmulo se encuentra a una distancia entre 1,600 y 2,300 años luz de la Tierra, tiene una edad estimada entre 190 y 240 millones de años, y lo conforma un centenar de estrellas distribuidas en un volumen de unos 26 años luz de diámetro, por lo que no es difícil pensar en varios sistemas múltiples de estrellas gigantes rojas o naranjas. M41 ya estará bien ubicado para observación la mayor parte de la noche, con unos binoculares o pequeño telescopio, hacia la parte sureste de la esfera celeste.
Un viejo conocido, el Cúmulo de la Colmena
Por su gran brillo, se presume que ha sido observado desde la antigüedad por griegos y romanos, que lo llamaban El Pesebre (Preseape). Erastótenes lo asoció a los asnos que montaron los dioses Dionisio y Sileno en la batalla contra los Titanes. Aratos, hacia 260 A.C., lo menciona como “una pequeña niebla”. Hiparco, en el 130 A.C., lo incluyó en su catálogo de estrellas y lo llamó “la pequeña nube” o “estrella nublada”. Ptolomeo lo menciona como una de las siete “nebulosas” de su Almagesto. De acuerdo con Burnham, aparecía en la carta de Johann Bayer (1600 D.C.) como “nubilum” (“nube”). Galileo lo define como “nebuloso” y lo notificó: “la nebulosa llamada Praesepe, no es una única estrella, sino una masa de más de 40 pequeñas estrellas”. Probablemente fue vista y resuelta en 1611 por Peiresc, el descubridor de la Nebulosa de Orión, y resuelta como un cúmulo por Simon Marius, en 1612. Charles Messier la añadió a su catálogo como M44, en 1769. Actualmente se considera que M44 tiene del orden de 200 estrellas y se localiza a 577 años luz de la Tierra, con una edad estimada de 400 millones de años.
Como dato curioso, la edad y la dirección de su movimiento casi coinciden con los de las Hyades, otro cúmulo famoso, por lo que podría creerse que estos dos cúmulos, hoy separados centenares de años luz, podrían tener un origen común en alguna gran nebulosa gaseosa difusa que hubiese existido hace 400 millones de años. M44 ya estará bien ubicado para su observación la mayor parte de la noche, hacia la parte este de la esfera celeste.
El reto del mes: Iris, mensajera de los dioses
Iris es una diosa de la mitología griega, hija de Taumante y de la oceánide Electra, y hermana de las Harpías y de Arce. En la Ilíada es una de las mensajeras de los Dioses.
El Asteroide 7 Isis es uno de los mayores del cinturón de asteroides, fue descubierto por John Russell Hind desde el observatorio George Bishop de Londres, Inglaterra, el 13 de agosto de 1847. Se estima que su diámetro es de 200 kilómetros.
El 13 de enero, 7 Isis se encontrará alineado con la Tierra, del lado opuesto al Sol, lo que, astronómicamente hablando, se le conoce como oposición. Al mismo tiempo, Isis estará en perigeo, es decir, en su mínima separación con la Tierra, ubicándose a una distancia de 1,099 U.A. En esta misma fecha alcanzará una magnitud máxima de 7.7, y se localizará en dirección de la constelación del Géminis, hacia la parte este de la esfera celeste
Una verdadera joya de cúmulo
El cúmulo abierto τ CMa, también conocido como cúmulo Joyas del Pirata o NGC 2362, fue descubierto por Giovanni Batista Hodierna hacia 1654. Está situado en la constelación del Can Mayor, a una distancia de 5,400 años luz del Sol. Su miembro más brillante es la estrella Tau Canis Majoris (τ CMa) la cual se localiza en el centro del cúmulo.
A pesar de su juventud (4 o 5 millones de años) NGC 2362 no está rodeado por nebulosidad, y es lógico, ya que tiene más de una treintena de estrellas supergigantes y gigantes rojas, como la hiper-gigante roja VY Canis Majoris, además de un centenar de estrellas enanas, cuyos vientos, seguramente, expulsaron al gas materno.
NGC 2362 ya estará bien ubicado para su observación, preferentemente con binoculares o un pequeño telescopio, en dirección de la constelación del Can Mayor, hacia la parte sureste de la esfera celeste.
M47, una nebulosidad entre dos perros
En 1654 Hodierna descubrió “una nebulosidad entre dos perros”, hecho que pasó desapercibido hasta que, en 1684, quedó sentado en su obra. Esto dio la pauta para que en 1771 Charles Messier la encontrara y designara como M47. Sin embargo, debido a un error en sus coordenadas quedó como “objeto desaparecido”, como lo afirmó John Herschell: “Este cúmulo no ha sido vuelto a observar. Es probablemente uno muy pobre y disperso”. Fue Oswald Thomas quien lo identificó nuevamente en 1784 y posteriormente William Herschell en 1785.
El cúmulo abierto M47 o NGC 2422 contiene entre 50 y 100 estrellas brillantes, distribuidas en una superficie de 12 años luz de diámetro, a unos 1,600 años luz de la Tierra, su edad se estima en 78 millones de años y puede observarse a simple vista, como una débil nebulosidad, en un cielo libre de contaminación lumínica, aunque siempre será mejor observarlo con unos binoculares o un telescopio pequeño, en dirección de la constelación de Puppis (Popa), hacia la parte sureste de la esfera celeste.