Europa, a través de la Agencia Espacial Europea (AEE) comenzó a financiar investigaciones sobre el posible uso de energía nuclear para la propulsión de naves espaciales.
En una búsqueda de nuevas formas de impulsar cohetes, se podrían dejar atrás los impulsores químicos y los eléctricos o solares.
En una de las investigaciones se trabaja en el denominado cálculo europeo preliminar sobre propulsión eléctrica nuclear para aplicaciones espaciales (RocketRoll, por sus siglas en inglés). Dicho estudio está a cargo de investigadores de la Universidad de Praga y del OHB Czechspace, ambos de República Checa, y de la Universidad de Stuttgart y del OHB System de Bremen, de Alemania.
«La propulsión nuclear puede ser más eficiente que la propulsión química más eficiente o superar a la propulsión eléctrica limitada por el Sol, lo que permite la exploración de lugares a los que ninguna otra tecnología puede llegar», explicó en un comunicado Jan Frybort, investigador de la Universidad Tecnológica Checa.
«Es un gran desafío para las futuras misiones espaciales más allá de nuestro sistema solar», agregó.
Europa explora posibilidades del combustible nuclear
Por su parte, Jakub Sevecek, jefe de Gestión de Proyectos de OHB Czechspace, afirmó que «el objetivo del estudio es explorar las posibilidades de utilizar combustible nuclear para misiones exigentes de logística espacial y exploración», destacando que «la principal ventaja sobre la reacción química es la eficiencia de los motores».
«La ventaja sobre la entrada de energía eléctrica solar es la mayor potencia de salida y la independencia de la exposición a la luz solar directa, lo que facilita especialmente el transporte de carga pesada con limitaciones de tiempo prolongadas y la exploración más allá de la órbita de Marte«, detalló.
Los investigadores tendrán un plazo de once meses para desarrollar los estudios de viabilidad para el uso de la nueva tecnología de propulsión que reemplace a los materiales tradicionales en las naves espaciales.
Sevecek, por último, manifestó que «el estudio proporcionará una visión general de la experiencia, la tecnología y las capacidades industriales europeas» para el desarrollo de un nuevo vehículo espacial, así como «un diseño conceptual preliminar de un motor de propulsión eléctrica nuclear».
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