Los investigadores identificaron en Etiopía barreras fisicoquímicas que impiden que la vida se desarrolle, a pesar de la presencia de agua líquida.
A pesar de que existe evidencia de que la vida microbiana en nuestro planeta se ha adaptado a condiciones extremas, un grupo de científicos sugiere que ningún tipo de vida podría prosperar en uno de los entornos más peligrosos e inhóspitos de la Tierra, ubicado en el desierto de Danakil (Etiopía), según un nuevo estudio publicado esta semana en la revista Nature.
El complejo geotérmico de Dallol parece ser muy vistoso y colorido desde la distancia, que se asemeja a un entorno de otro mundo, pero en realidad se trata de un área extremadamente peligrosa donde nubes de gas tóxico emanan de un volcán que yace bajo la superficie.Para la nueva investigación, los expertos recopilaron gran cantidad de muestras en cuatro zonas diferentes del complejo geotérmico entre 2016 y 2018.
A pesar de que análisis iniciales mostraron rastros de bacterias y arqueas, los científicos consideran que se trata de pistas falsas debido a que la mayoría estaban relacionadas con «contaminantes de laboratorio», y otros posiblemente eran bacterias introducidas por los humanos durante expediciones y visitas turísticas al sitio.
Barreras mortales «Identificamos dos barreras fisicoquímicas principales que impiden que la vida prospere en presencia de agua líquida en la Tierra y, potencialmente, en otros lugares», explican los expertos, dando a entender que la existencia de agua líquida en la superficie de un planeta no necesariamente es sinónimo de habitabilidad. Estas barreras son un alto nivel de magnesio que es capaz de destruir cualquier tipo de formación celular, un fenómeno conocido como actividad caotrópica.
Y la segunda, una combinación mortal de hiperacidez e hipersalinidad, donde las adaptaciones moleculares simultáneas a un pH demasiado alto y bajo son imposibles.
De momento los estudios en el complejo termal simplemente han revelado la presencia de microfósiles y no de formas de vida propiamente dichas. Mientras nuevos estudios no demuestren lo contrario, este seguirá siendo un lugar en la Tierra incapaz de albergar vida, según los científicos.