El sector de la construcción ahorraría costes para una climatización correcta y ayudaría al desarrollo de la energía solar.

Quien ha visitado la Glass House, o Casa de Vidrio, de Philip Johnson en Connecticut (EU) afirma que tiene la sensación de estar caminando por el campo con un techo pesado encima.

El arquitecto construyó esta casa en la que vivió hasta su muerte con la convicción de intervenir apenas en la naturaleza utilizando muros de cristal. Esta opción de paredes transparentes, hoy puede estar más cerca del uso doméstico.

El científico sueco Lars Berglund, profesor del Wallenberg Wood Science Center del Real Instituto de Tecnología de Estocolmo (KTH), ha creado la primera madera transparente y biodegradable que puede llegar a convertirse en el elemento constructivo del futuro.

Para ello, eliminó la lignina de la madera de balsa, el componente que da rigidez a este material y responsable de que sea opaca, y el sustrato resultante lo impregnó en un polímero transparente. Así obtuvo un material similar a la madera en rigidez, que deja pasar la luz y, además, es capaz de absorber el calor.

«La madera es, con mucho, el material de base biológica más utilizado en los edificios; es, además, muy atractivo porque proviene de fuentes renovables y ofrece excelentes propiedades mecánicas, que incluyen resistencia, tenacidad, baja densidad y baja conductividad térmica», aclara el científico sueco.

Uno de los efectos directos que tiene el uso de este tipo de madera transparente va dirigido a su capacidad de absorción del calor, provocando el efecto contrario al que siente en el sofocante interior de un edificio de cristal expuesto al sol. Con su utilización, el sector de la construcción ahorraría costes para una climatización correcta y ayudaría al desarrollo de la energía solar.

«La madera transparente es un buen material para utilizarse en grandes superficies de placas solares, pues es de bajo coste, fácil de llegar a él y renovable», cuenta Berglund.

Pero lo que la comunidad científica y los arquitectos se preguntan es si este material también podría utilizarse para ventanas y fachadas. «Cuando extraemos la lignina, la madera se vuelve blanca, pero no naturalmente transparente», aclara. Es decir, que sería perfecto para crear muros que dejaran pasar la luz pero mantuvieran la privacidad del interior.

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