Esos largos meses de encierro pueden llevar a consecuencias psicológicas en gran parte de la población.
Se estima que en marzo al menos 2.600 millones de personas fueron puestas bajo algún tipo de cuarentena. Esto representa un tercio de la población mundial.
Pasada la mitad de junio, la enfermedad covid-19 ya había registrado más 9 millones de casos confirmados y matado a al menos 470.000 personas.
Algunos países de Europa y Asia comenzaron a relajar sus medidas de confinamiento, pero en América Latina muchos continúan con restricciones severas.
Esos largos meses de encierro pueden llevar a consecuencias psicológicas en gran parte de la población.
Según Elke Van Hoof, profesora en Psicología de la Salud de la Universidad de Vrije en Bruselas y especialista en estrés y trauma, estamos ante el «mayor experimento psicológico de la historia»
La falta de atención de las autoridades a la asistencia psicológica durante la pandemia hará que el mundo pague el precio, afirma.
Lo que sigue es una síntesis de la conversación telefónica de BBC Mundo con la doctora Elke Van Hoof.
¿Qué puede enseñarnos la pandemia sobre cómo las personas responden a la adversidad?
Primero que tenemos resiliencia, es decir que la mayoría de nosotros podemos reinventarnos y recrear nuestra vida lo mejor posible durante la cuarentena.
Tenemos la fortaleza para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos, sin importar en la difícil situación en la que nos encontremos. Así que espero que el mensaje de esperanza llegue.
Segundo, que contamos con habilidades y capacitación para hacerlo aún mejor, porque la resiliencia es algo en lo que podemos capacitar a las personas.
Podríamos haber estado mejor preparados si hubiéramos abordado la importancia de la recuperación de la salud mental antes del covid–19.
Desafortunadamente no veo que la salud mental se haya vuelto un tema más importante en los meses que hemos estado en la pandemia. Y creo que sin duda es algo que nos perdemos, porque existe la posibilidad de que esto vuelva a suceder.
Tercero, quiero enfatizar que esto no es aplicable a las personas que sufren la morbilidad (proporción de personas que enferman en un sitio y tiempo determinado).
Esto puede ser un obstáculo para la salud mental de quienes han enfrentado la enfermedad en las unidades de cuidados intensivos, ya sea quienes sufrieron de covid-19 o si tuvieron un familiar enfermo o las personas en la atención médica, en general.
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