Sólo para la estabilización de los muros de cuatro ex conventos de la región de Izúcar de Matamoros se requerirán aproximadamente 200 millones de pesos
Calculó el supervisor del Centro Puebla del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Enrique Gómez Osorio .
A este recurso faltaría sumar, el dinero necesario para restaurar o rescatar la parte artística, murales o altares, así como reconstruir el inmueble, según el funcionario federal, quien hizo un recorrido para valorar las afectaciones en estos inmuebles por el sismo del pasado 19 de septiembre.
Señaló que uno de los inmuebles más dañados es el ex convento franciscano de Huaquechula, el cual data del Siglo XVI, pues tiene problemas en 70 por ciento de su estructura, por lo que, según su cálculo, se requerirán hasta 80 millones de pesos para estabilizarlo, debido al tipo de construcción que es muy complicada.
El segundo edificio conventual más agredido por el movimiento telúrico es el de Santo Domingo, localizado en Izúcar de Matamoros y que también data del siglo XVI, el cual tiene afectación en 75 por ciento de su cuerpo.
Pese el nivel de daño, precisó que el estilo de construcción austera hace más fácil su estabilización por lo que la inversión estimada es de unos 50 millones de pesos, aproximadamente.
Otros ex conventos dominicos afectados son el de Nuestra Señora de la Purificacion (Candelaria) en Tepapayeca y el de San Andrés en Ahuatelco, ambos del siglo XVI, para los que la inversión mínima debe ser de 20 millones de pesos.
Finalmente en este listado se incluye el templo de Atzala, cuya cúpula cayó sobre fieles que celebraban un bautizo a la hora del sismo, matando a 12 personas; en este caso, el edificio data del siglo XVIII y requiere una inversión aproximada de 12 millones de pesos.
El funcionario indicó que aún se trabajan en valoraciones en los edificios antiguos. Explicó por ejemplo, el caso del ex convento de San Agustín en Chiautla de Tapia uno de los más altos del territorio poblano. «Es una mole», refirió. Dicho inmueble data del siglo XVII y por su estructura y nivel de daño se requerirá un mayor monto de inversión.