La mayoría de los hogares analizados tuvo complicaciones económicas para el seguimiento escolar de niñas y niños debido a la pandemia

Las mujeres son las principales cuidadoras de niñas y niños en los hogares de Puebla; madres y abuelas se encargan del cuidado de los hijos en el 95 por ciento de los hogares poblanos y, por lo tanto, las principales demandantes de la ampliación de Centros de Atención Infantil (CAI) en zonas marginadas, revela el informe «Pobreza y cuidado infantil: un estudio cualitativo en hogares de México» del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

El estudio se enfoca en el análisis del cuidado infantil en los hogares de 14 municipios de ocho estados, incluidos cinco municipios de Puebla: Felipe Angeles, Palmar de Bravo, Naupan, Zacatlán y San Antonio Cañada, con alto y muy alto grado de rezago social. Los resultados son generales aunque da muy pocos datos por estado.

Entre los hallazgos destacan que las mujeres cuidadoras tienen en promedio escolaridad de secundaria y preparatoria, y la mayoría tienen 34 años; en el 27 por ciento recibe apoyo de abuelas, generando una red familiar primordialmente femenina. Todas coinciden en la exigencia de crear más CAI y guarderías o estancias infantiles.

Destaca que no hay retribución económica entre la red femenina de cuidados; es decir, la hermana con hijos se encarga del cuidado de sobrinos, en el entendido de que ella, cuando lo necesite, podrá dejar a sus hijos con la hermana o la abuela.

El estudio refiere que la mayoría de los hogares analizados tuvo complicaciones económicas para el seguimiento escolar de las niñas y niños debido a la pandemia, sobre todo en el pago de cuotas. Aunque existe una red solidaria familiar e incluso, en unos casos, una red comunitaria en pueblos indígenas, la mayor dificultad que padecieron las familias entre 2020 y 2021 fueron los problemas económicos que se complicaron con la contingencia sanitaria.

Por ejemplo, en Puebla, los tiempos para llegar a los servicios públicos para recibir atención médica y educativa fueron los más largos de las zonas analizadas durante la pandemia, o tuvieron problemas para conseguir alimentos por 40 días, ya que las cabeceras municipales donde se instalan los mercados fueron cerradas.

Esto también implicó que aumentaran los costos de traslado por servicios médicos: a 180 pesos para ir a una farmacia, a 350 para ir a un centro de salud y a 500 para ir a un hospital de la región, situación que empeoró respecto a los suministros para la prevención y atención de enfermedades.

En el caso de Puebla, también la lejanía fue uno de los obstáculos para acudir a servicios de salud y atención médica, sobre todo durante los dos primeros años de la pandemia.

El estudio se basa principalmente en el levantamiento de encuestas en las localidades seleccionadas. Entre las conclusiones, el Coneval indica que la demanda de las madres para la apertura de CAIs está relacionada con una aspiración al trabajo y la economía familiar; además, se identificó poca diversidad en la alimentación y bajo consumo de proteína animal en los niños. El Coneval reveló también que es necesario acercar y mejorar los servicios de salud y educación a las familias con alto y muy alto rezago social.

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