En dos años, la población sin afiliación médica, capacidad para pagar servicio privado, ni seguro popular pasó de 14 a 28% en Tlaxcala y de 20 a 33% en Puebla
La pandemia no sólo exhibió la crisis de los sistemas de salud estatales, sino que también aumentó las brechas sociales, con efectos negativos para la población en pobreza y pobreza extrema, además de detener la política para disminuir el porcentaje de personas sin afiliación a algún tipo de sistema de salud, indica el primer informe de la «Evaluación Estratégica de Salud» del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En el periodo 2018-2020 el porcentaje de población con carencia por acceso a los servicios de salud aumentó en Puebla y Tlaxcala hasta llegar a casi 33 por ciento.
El Coneval colocó a Tlaxcala en el lugar 9, con un aumento de 14 a 28 por ciento, y a Puebla en la posición 14 con un aumento de 20 a 33 por ciento de su población sin afiliación médica, sin capacidad para pagar servicio médico privado y sin seguro popular, esta situación se registró justo al inicio de la pandemia de Covid19 y afectó a la población en situación de pobreza extrema.
Aunque el informe no da a conocer datos por estado, los sistemas de salud deben fortalecerse sobre todo en atención y prevención. Advierte que la política en salud avanza con el nuevo modelo IMSS-Bienestar, que en Tlaxcala tiene una concreción de casi 90 por ciento en el primer nivel. Otra de las recomendaciones es que los sistemas estatales, guiados por el sistema federal de salud, puedan reducir la desigualdad en la atención.
La evaluación del Coneval se enfrentó al contexto de la pandemia que aceleró la crisis de un sistema obsoleto. Para el informe, el Consejo midió los efectos que el Covid19 tuvo en los estados y halló que, entre 2020 y 2022, la pandemia dejó 15 mil 882 poblanos y 3 mil 11 tlaxcaltecas fallecidos de los 148 mil y 36 casos confirmados en la región, lo que representa el 5.17 y 0.98 por ciento del total de personas enfermas, con una tasa de mortalidad mediana baja.
Refiere que el 47 por ciento de los pacientes de la región se atendió en los sistemas de salud públicos y 51 por ciento en los servicios de salud para trabajadores afiliados (IMSS-ISSSTE), mientras que el resto acudió a consultorios privados y a otros servicios. Otro de los datos es que aumentó a casi 20 por ciento la población que acudió a consultorios adjuntos a farmacias, lo que implica que dejen ampliarse la atención de pacientes que podrían tener enfermedades crónicas.
Otro de los datos que destaca es que entre los mexicanos aumentó el número de hogares que se vieron obligados a incrementar los gastos catastróficos en salud de 2.2 a 3.9 por ciento que tuvieron que destinar casi el 30 por ciento del ingresos de sus hogares en gastos de salud.