Le encajó un cuchillo a su esposa en el abdomen, al intentar huir su suegra lo detuvo, la hirió y horas más tarde falleció.

El “abuelo”, es uno de los muchos reclusos que existen en la cárcel de San Miguel, pero a diferencia de otros acaba de cumplir 17 años en prisión tras cometer un asesinato doble bajo los influjos del alcohol.

Sus palabras contadas surgen desde una celda cuyo número quisiera olvidar y bajo un nombre que decide dejar en la caja de los olvidos personales.

Se auto llama El Abuelo, una forma en la que de paso cuida su anonimato dentro de la cárcel. El apodo, dice, le gusta porque sus canas son tan evidentes en bigotes y cabello.

Es moreno, viste un pantalón desgastado color café y playera blanca con agujeros, ello refleja que los años dentro de prisión son complicados; pese a ello, relató un capítulo de su vida que pocos saben.

Indicó que consumir alcohol en exceso cambió su vida y que está pagando con varios años de cárcel.

El último informe de la Secretaría de Salud en Puebla (SSP) -en noviembre de 2017-, reveló que el estado ocupa la décima posición en el consumo de bebidas alcohólicas, entre jóvenes de 17 a 20 años.

Estado de México, Aguascalientes, Zacatecas, Nayarit, Michoacán, Jalisco, Ciudad de México, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla y Querétaro, son donde más se consume el alcohol.

Recuerda que el hecho ocurrió un febrero de 2001. Tomaba cervezas con sus amigos y tras una larga convivencia, se retiró a su hogar para no tener problemas con su familia.

Llegó a su casa de la colonia Chapultepec en Puebla, brincó la reja para no ser escuchado, pero no contaba que al entrar, sería descubierto por su esposa.

Mientras cuenta su historia, sentado en una banca, se percibe como se quiebra su voz; decide tomar un vaso de refresco y mientras da el trago, es notoria su mirada cansada y ojos llorosos por recordar aquel suceso de hace 17 años.

En el calor de la pelea, agarró un cuchillo de la cocina y se lo encajó a su esposa en el abdomen. Atónito por eso, intentó huir, pero su suegra lo increpó para detenerlo y acabó hiriéndola con la misma arma blanca, aunque horas más tarde falleció.

Con base en datos del Secretariado Nacional de Seguridad Pública (SNSP), el estado de Puebla se ubica por debajo de la media nacional en delitos dolosos.

 Sin embargo, la incidencia incrementó en 47 por ciento entre los primeros 3 meses de 2017 y 2018, respectivamente.

El primer trimestre del año pasado, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla, reportó 178 homicidios dolosos y para este 2018, equivalente a los mismos meses, se registraron 262 asesinatos.

Salió corriendo de su casa y bajo los influjos del alcohol, también se cortó el abdomen para suicidarse.

Dice que no sentía la cortada por los efectos del alcohol y aunque estaba herido, poco a poco llegó a una estación de bomberos, donde finalmente se entregó.

Aunque falló en suicidarse, en Puebla hay personas que no corren esa suerte, pues en 2017, se registraron 327 casos con base en datos de la FGE y 3 de cada 10 sucesos, corresponden a mujeres.

Del total de casos el año pasado, 62 correspondieron a menores de edad, mientras que en 2014, únicamente se reportaron 48 casos.

Pensó que moriría a las pocas horas, pero afirmó que “Dios” no quiso llevárselo aún y por eso, tiene que pagar una condena de 50 años de cárcel por el doble homicidio.

Hoy tiene 47 años y le faltan 33 años de condena; confía que tendrá la salud necesaria para gozar de su libertad, aunque admite miedo por enfrentarse a la realidad.

Mencionó que difícilmente lo visitan en la cárcel, uno de sus hijos no quiere saber nada de él tras la muerte de su mamá y abuela.

Los hermanos del abuelo, lo visitan poco por la corrupción que se vive en la cárcel y de las dificultades que existen para estar con los reos.

Un ejemplo de la corrupción que hay, es que los visitantes pagan 20 pesos para entrar a la cárcel y convivir con sus familiares.

La versión es cierta, mediante este reportero, se entró a la cárcel con su credencial para votar y debajo de ella, un billete doblado de 20 pesos.

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