Quien está en medio de la pérdida ambigua, no logra volver a su vida porque cada día gira alrededor de la misma pérdida.
Si bien cada pérdida es dolorosa, las pérdidas ambiguas suelen ser complicadas porque no se tiene claridad sobre la misma, pueden presentarse por pérdida emocional sin restos físicos como por ejemplo cuando existe una desaparición forzada, un secuestro o cualquier situación que prive a la familia de un cuerpo al cual despedir con los rituales habituales o con la pérdida emocional sin pérdida física, como aquellas donde la persona emocionalmente ya no existe como tal, como en el Alzheimer o un estado prolongado en coma, pero su presencia física continúa. El dolor en ambos tipos de pérdida suele ser muy prolongado, pues hay una parte que sigue presente y eso dificulta el recolocar emocionalmente a nuestro ser querido, pero también existe una parte que se da cuenta de la ausencia que experimenta día con día.
Las pérdidas ambiguas, además suelen no tener el apoyo de quien rodea a la familia porque si de por sí es normal que con el tiempo, el apoyo en duelo disminuya, en las pérdidas ambiguas suele ser más marcado, pues la gente regresa a su normalidad y quien está en medio de la pérdida, no logra volver a la suya porque cada día gira alrededor de la misma. Ya sea en trámites legales si se trata de la búsqueda de su ser querido desaparecido, las visitas al hospital si se trata de alguien en coma o el cuidado diario de alguien que está dejando de ser gradualmente quien era, como las personas que padecen Alzheimer y que cada día dependen más de sus cuidadores.
Digo que que el dolor no cesa, porque dichas situaciones pueden alargarse durante meses o incluso años y en muchos de los casos como en las desapariciones, no hay una conclusión porque no se logran hallar los restos, es por ello que grupos como las madres buscadoras surgen como una necesidad de dar dicha conclusión al recuperar los restos de sus hijos, así como muchos familiares sienten paz cuando su ser querido enfermo o en coma, por fin parte, pues al menos se trata de una conclusión y pueden entonces completar el duelo suspendido que tienen desde que empezó la situación de pérdida.
Es por ello importante, que quienes están transitando por una pérdida ambigua puedan tener la comprensión de quienes les rodean, pues sin quererlo, podemos complicar aún más dichos duelos cuando no somos capaces de comprender lo que están experimentando. Debemos partir de que siempre necesitamos hacer tangible la pérdida para asumirla, ésta es la razón por la que mucha gente que aparentemente está tranquila durante el funeral, se desmorona cuando ve que se entierra el féretro, pues es cuando se hace real porque es tangible que no volverán a ver a su ser querido, por tanto decirle a una madre que busca a su hij@ que deje de hacerlo, no ayuda en absoluto.
El duelo por una pérdida ambigua, obliga a las personas a gestionar lo más ilógico que podemos imaginar: una pérdida sin pérdida. Son pérdidas que deben gestionarse sin despedidas y muchas veces sin una tumba qué visitar, dejando entreabierta la esperanza de que pueda no ser real, lo que puede convertir el duelo en un proceso crónico o patológico. Una pérdida ambigua obliga a los deudos a vivir con la incertidumbre y la imaginación constante de lo que pudo haber pasado o sufrido su ser querido desaparecido o lo que puede estar sintiendo esa persona que tienen frente a ellos pero que ya no es quien era.
Las pérdidas ambiguas sólo pueden gestionarse desde la misma ambigüedad, sabiendo que no hallaremos respuestas pero que podemos darle un sentido a lo que estamos viviendo, como por ejemplo lo hacen las madres buscadoras que se apoyan entre ellas y en sus búsquedas, van ayudando a otras personas. También se pueden realizar rituales simbólicos donde colocaremos dicha pérdida, como plantar un árbol en memoria del ser querido desaparecido, que hará las veces de tumba o recordar a nuestro ser querido como era antes de padecer Alzheimer o estar en coma, para ir colocando en el pasado lo vivido y dar lugar a una nueva manera de enfrentar el presente. Como siempre, la expresión es sumamente valiosa y puede darse tanto con otras personas como a solas en un diario o dibujando, o escribiéndole una carta de despedida a nuestro ser querido, toda expresión es de ayuda.
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