El asesino se identificó como Tetsuya Yamagami, de 41 años, quien fue miembro de las Fuerzas de Autodefensa japonesas
El ex primer ministro japonés Shinzo Abe, de 67 años, ha muerto tras recibir varios disparos en plena calle mientras participaba en un acto de campaña en la ciudad de Nara, según ha informado la cadena pública NHK citando fuentes de su formación política, el Partido Liberal Demócrata (PLD).
El antiguo jefe del Ejecutivo japonés, que gobernó entre 2012 y septiembre de 2020, antes de dejar el poder por razones de salud, pronunciaba un discurso en un mitin frente a una estación de tren en la antigua capital japonesa como parte de la campaña para las elecciones a la Cámara alta previstas para el domingo. Poco después de que comenzara a hablar, en torno a las 11.30 locales (4.30, hora peninsular española), se escucharon al menos dos disparos. Abe cayó al suelo con el pecho ensangrentado.
El ex primer ministro fue trasladado de inmediato al hospital de Kashihara en parada cardiorespiratoria. “Estaba sangrando profundamente y no hemos podido salvarle la vida”, ha manifestado un médico del hospital al confirmar la muerte del exmandatario japonés.
La Policía nipona ha informado de que ha detenido a un hombre, al que se interroga como sospechoso de intento de asesinato. Los agentes han procedido también a registrar su vivienda. El sujeto ha sido identificado como Tetsuya Yamagami, de 41 años, quien, según informa la agencia de noticias japonesa Kyodo, era un antiguo miembro de las Fuerzas de Autodefensa japonesas, el equivalente a las fuerzas armadas del país. Según NHK, el atacante disparó por la espalda en dos ocasiones contra Abe. Su arma, según esta información, era de fabricación casera.
“Condenamos este ataque en los términos más contundentes”, ha declarado el actual jefe de Gobierno, Fumio Kishida, cercano a las lágrimas, en su comparecencia ante los medios. “Es un acto bárbaro y malicioso”, ha subrayado el primer ministro, que ha insistido en que se desconoce aún el motivo del atentado. “Ha ocurrido en medio de unas elecciones, la base de la democracia, y eso no se puede tolerar”.
Kishida ha ordenado al resto de los miembros de su Gobierno, repartidos por todo el país en diversos actos electorales, regresar a Tokio para analizar los hechos. “Tomaremos todas las medidas posibles para prepararnos ante cualquier posible situación”, ha asegurado. El secretario jefe del Gabinete japonés, Hirokazu Matsuno, ha descrito el atentado como un “acto de barbarie” que “no puede tolerarse”.
Hasta ahora había sido habitual que los actos políticos en Japón se celebraran en plena calle y bajo escasos niveles de seguridad, dados los bajos niveles de violencia en un país donde el uso de armas está estrictamente controlado.
Pese a haberse retirado formalmente, Abe, heredero de una familia de rancio abolengo político, mantenía aún una inmensa influencia en la política japonesa, dominada por el Partido Liberal Demócrata (PLD), al frente del país durante la mayor parte de la era de la posguerra. Tras abandonar el Gobierno fue sustituido por su portavoz y secretario de Gabinete Yoshihide Sugawara, que a su vez renunció el año pasado y fue reemplazado por Kishida.
Antiguo protegido de Abe, para Kishida las elecciones al Senado se configuraban como una oportunidad para demostrar su control del PLD y emerger de la sombra de su predecesor. El actual primer ministro, que se encontraba a su vez de gira electoral, ha cancelado sus actos previstos para este viernes y ha regresado a Tokio.
Durante sus ocho años de mandato —su segundo como primer ministro, tras un breve mandato de un año comenzado en 2006—, Abe trató de impulsar la economía nipona, estancada desde los años noventa, con una receta apodada informalmente Abenomics y basada en el gasto fiscal y una política monetaria relajada.
Considerado un halcón en política exterior, el ex primer ministro impulsó el gasto en Defensa y en 2014 su Gobierno aprobó una reinterpretación de la Constitución pacifista de la posguerra para permitir que las tropas niponas puedan combatir fuera de su territorio nacional, por primera vez desde el fin de la II Guerra Mundial.
Fue uno de los grandes promotores de la candidatura de Tokio para los Juegos Olímpicos de 2020. Su sueño de presidir las celebraciones se vio frustrado por el estallido de la pandemia de la covid, que obligó a aplazar un año el evento deportivo.
En un tuit, el embajador estadounidense en Tokio, Rahm Emanuel, se ha declarado “entristecido y conmocionado por los disparos contra el ex primer ministro Shinzo Abe”. “Abe-san ha sido un líder sobresaliente de Japón y un aliado inquebrantable de Estados Unidos. El Gobierno de EE UU y el pueblo estadounidense rezan por el bienestar de Abe-san, su familia y el pueblo japonés”, ha señalado.