Un atacante de 18 años abrió fuego en una escuela de primaria en la localidad de Uvalde, de mayoría latina.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visiblemente molesto y angustiado, pidió nuevas restricciones a la tenencia de armas de fuego después de que un hombre entró en una escuela en Texas y mató a 19 alumnos.
Suplicó tomar medidas para encarar la violencia armada tras años de fracasos, y culpó agriamente a los fabricantes de armas y sus partidarios por impedir la aprobación de leyes en el Congreso.
“¿Cuándo en nombre de Dios resistiremos a los cabilderos de la industria de las armas?”, expresó Biden. “¿Por qué estamos dispuestos a vivir con esta violencia? ¿Por qué seguimos permitiendo que esto ocurra?”.
Con la primera dama Jill Biden a su lado, el mandatario —quien ha perdido dos de sus hijos, aunque no por violencia armada— habló en términos viscerales sobre la angustia de quienes perdieron a sus hijos y del dolor que acompañará a los sobrevivientes.
En tanto, el papa Francisco dijo el miércoles que estaba “desconsolado por la masacre”, esto durante su audiencia general semanal. El pontífice afirmó que rezaba por los niños y adultos asesinados y por sus familias.
“Es hora de decir ‘basta’ al comercio indiscriminado de armas”, afirmó Francisco, quien pidió un nuevo compromiso “para que tragedias como esta no puedan volver a ocurrir”.
El pontífice argentino lleva años arremetiendo contra la industria armamentística, calificando a los fabricantes de “mercaderes de la muerte”.