Tlaxcala incluso superó a Puebla al ocupar la posición 16 a nivel nacional pero con la pérdida de una posición en materia de seguridad,

Los estados de Puebla y Tlaxcala registraron un índice de competitividad medio bajo que los ubica entre las ocho entidades con poca capacidad para generar, atraer y retener inversiones y talento que ayude a la producción y el desarrollo económico y social, refieren los resultados del Índice de Competitividad Estatal 2022 que presenta el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Lo anterior se da en el contexto de la crisis por la pandemia de coronavirus y el lento retorno a la normalidad que afectó principalmente a Puebla, entidad que descendió dos posiciones ubicándose en el lugar 25, mientras que Tlaxcala logró subir dos posiciones pero aún se mantiene con un nivel bajo de competitividad, ubicándose en la posición 26 del ranking nacional.

Conforme a los indicadores que mide el IMCO, los cuales comprenden la medición de los niveles de seguridad y la capacidad del gobierno para relacionarse y cuidar el medio ambiente, Puebla descendió tres posiciones en estado de derecho, con índices de inseguridad que la colocan en la posición 20 y un nivel medio bajo.

Tlaxcala incluso superó a Puebla al ocupar la posición 16 a nivel nacional pero con la pérdida de un lugar en materia de seguridad, lo que ubica a las entidades con poca fuerza de seguridad que garantice los derechos de los ciudadanos.

En medio ambiente ambas entidades también se encuentran en un nivel medio bajo con el descenso de posiciones en un año y aún con fallas para tratar y garantizar el derecho al agua y el cuidado de árboles, tratamiento de desechos y una política energética no contaminante.

Respecto a los índices sobre sociedad y sistema político que miden la inclusión de la población al empleo y otros servicios, a la inclusión al sistema político y la estabilidad social, Puebla y Tlaxcala se ubican en el nivel medio bajo con descensos en el ranking y entre las 10 entidades que no han podido mejorar el acceso al trabajo formal ni mejores condiciones de vida.

Al respecto, Puebla tuvo el nivel más bajo en inclusión y participación ciudadana a la formación política, mientras que Tlaxcala ocupa la posición 22 y reporta una pérdida de una posición junto en el proceso de transición política del PRI a Morena.

Por último, los dos estados tienen el nivel más bajo en el índice de mercado de factores que evalúa las características para el adecuado desempeño de los trabajadores, características importantes para el desarrollo laboral y económico de los estados.

En este caso, Puebla se ubicó en la posición 27 y Tlaxcala en la posición 30; ambas entidades perdieron posiciones respecto al año pasado justo durante los dos primeros años de la pandemia.

Esto de algún modo influyó para que tuvieran un dinamismo económico lento y poca justicia en la distribución de los ingresos y diversificación económica. En este caso, Puebla se ubicó en la posición 22 con la perdida de nueve posiciones, mientras que Tlaxcala ganó 22 lugares para ubicarse en la posición cinco a nivel nacional, además de que mejoró sus relaciones internacionales para hacer negocios.

En particular, los problemas de Puebla que le impidieron tener mayor competitividad fueron el incremento de los robos de vehículos, la baja percepción de seguridad, la informalidad laboral, la percepción de la corrupción en los partidos políticos, las barreras para que ciudadanos accedan a puestos de elección popular, las agresiones a periodista, el poco crecimiento del PIB, la falta de personal médico, enfermería y especialistas en hospitales y el bajo grado de escolaridad de la población.

En Tlaxcala se registró una alta brecha salarial de género, poco rendimiento académico, poco acceso a las instituciones de salud, alta morbilidad por enfermedades respiratorias, alta informalidad laboral, pocos centros de investigación e innovación, el bajo ingreso de los trabajadores, la desigualdad salarial, las jornadas de trabajo altas y poco remuneradas, la falta de diversificación económica y el poco acceso de los ciudadanos a puestos de elección popular y participación en política.

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