El pontífice de 85 años ya había anunciado que iba a someterse a «una infiltración» de rodilla. Francisco ha cancelado numerosos compromisos y en los últimos días ha tenido problemas para caminar
El papa Francisco, que tiene un ligamento de la rodilla roto, apareció este jueves en público, por primera vez, en silla de ruedas, en la sala Pablo VI del Vaticano.
El martes, en una entrevista con el diario italiano Il Corriere della Sera, el pontífice de 85 años contó que iba a someterse a «una infiltración» de rodilla para aliviar el dolor que padece y que lo ha obligado a cancelar varias reuniones programadas.
«Estoy así desde hace tiempo, no puedo caminar«, indicó Francisco.
El papa argentino padece una artrosis en la rodilla derecha que le afectó un ligamento, y no debío haber sido sometido a cirugía, según fuentes vaticanas.
La infiltración de rodilla es un procedimiento que consiste en inyectar directamente en la articulación algunos medicamentos con efecto antiinflamatorio, analgésico o regenerativo.
Francisco, que en marzo inició su décimo año de pontificado, ha tenido en las últimas semanas que pedir disculpas a los fieles que asisten a las audiencias por dar la bendición sentado.
El líder de la Iglesia católica tiene también problemas crónicos de ciática que le suelen causar dolores fuertes. En julio de 2021, se sometió a una delicada operación de colon.