En el patio del nuevo campus hubo cúmulo de emociones por tres años de construcción, dos graduaciones a distancia y una pandemia
Alrededor de 200 jóvenes, profesores y colaboradores serán responsables de escribir un nuevo capítulo en la historia de la educación jesuita en Tlaxcala.
Un amplio grupo de estudiantes y egresados de la Prepa IBERO Tlaxcala se abalanzó para abrazar a un hombre de boina y saco gris que por poco pasa de incógnito.
Es Pablo Guinsberg, el antiguo director del plantel que fue deshabitado hace apenas unas semanas para migrar al nuevo campus, estrenado el pasado 15 de marzo y presentado ante la sociedad de manera oficial el día de hoy.
La algarabía de la comunidad preparatoriana se extendió por el patio central del nuevo campus como el cúmulo de emociones de los últimos tiempos: tres años de construcción, dos graduaciones a distancia y una pandemia que da signos de abatimiento.
Por eso todo el mundo se abraza, sonríe detrás de la mascarilla y brinda por los buenos tiempos que vendrán.
Y es que la Prepa IBERO Tlaxcala es una obra que refleja el compromiso por ofrecer una educación de excelencia y con pertinencia social para el estado y toda la región sur-sureste de México, especialmente en tiempos de desigualdad estructural, crisis ambiental y numerosas violencias.
Mario Patrón Sánchez, Rector de la IBERO Puebla, indicó que el mayor deseo de la misión educativa es entender al ser humano y al mundo en su complejidad para configurar realidades más compasivas y fraternas. El campus debe convertirse así en un espacio posibilitador de este cambio. “Es aquí donde se pueden potenciar los procesos de apropiación del conocimiento, la lectura subjetiva de la realidad y el cultivo de vínculos afectivos”.
Deseó que las nuevas instalaciones y el fortalecimiento de la colaboración con la realidad regional puedan garantizar el crecimiento educativo para las juventudes de Tlaxcala. Al mismo tiempo, indicó que la entidad está llamada a convertirse en protagonista de la construcción de sociedades más justas y fraternas. “Cuenten con la IBERO para enfrentar estos desafíos”.
En respuesta, la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuellar Cisneros, refrendó la alianza entre el Ejecutivo estatal y la Casa de Estudios.
La IBERO Puebla y su tradición educativa, expresó, ha contribuido a la formación de hombres y mujeres comprometidos con la realidad por lo que suponen grandes aliados para reconfigurar la realidad del estado. “El mejor camino
para la transformación es la educación”.
La propuesta educativa de Ignacio de Loyola es el horizonte al que deben aspirar todos los colegios encomendados a la Compañía de Jesús, incluida la Prepa IBERO Tlaxcala. Se trata de un modelo que “busca la formación integral de alumnas y alumnos en el fomento de la libertad responsable y la conciencia crítica”. Así lo describió la Mtra. Lorena Giacomán Arratia.
La asistenta de Educación de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús aseguró que el nuevo campus brindará al alumnado espacios adecuados para su desarrollo integral, mismos en los que podrán sentirse cómodos, libres y seguros. “Estamos en un momento de celebración por lo logrado y por todo lo que está por venir”.
La ceremonia, que reunió a muchas personas alejadas por la pandemia y por los caminos naturales de la vida, contó con una amplia cantidad de invitados provenientes de la Comunidad IBERO Puebla, estudiantes y egresados de la preparatoria y actores de los sectores público, empresarial, social y educativo.
Además del corte del listón y la bendición del inmueble encabezada por el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, se firmó un acuerdo de colaboración entre el Gobierno tlaxcalteca y la Universidad Jesuita. Dicho protocolo fue acompañado por el José Enrique Ríos Vergara, representante legal de la IBERO Puebla; el Mtro. Arturo González González, SJ, integrante del Consejo de Rectoría; y la Mtra. Sandra Corona Padilla, directora de Educación Media Superior y Superior.
El equipo anfitrión, encabezado por la coordinadora general de las Preparatorias IBERO, la Mónica Ayala Flores, ofreció un breve recorrido por aulas, laboratorios y áreas comunes, todas con aroma a nuevo. Un brindis de honor y todos a celebrar. Pero no mucho, que ya casi