La autora de La noche de Tlatelolco rememoró su actividad como periodista y lo que la  alentó a acercarse al caso Tlatelolco en octubre de 1968.

Me hice periodista escribiendo del casamiento de Alberto Gironella”, dijo ayer Elena Poniatowska (1932), al recordar sus inicios como periodista en la sección de sociales de Excélsior, durante el homenaje que se le rindió por sus 90 años de vida dentro de la edición 14 de la Fiesta del Libro y la Rosa, de la UNAM, que después de dos años de pandemia de covid-19 regresó al formato presencial.

En un encuentro con estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, la autora de La noche de Tlatelolco rememoró su actividad como periodista y escritora y la influencia de su amiga María Alicia Martínez Medrano -fundadora del Teatro Obrero y Campesino– quien la alentó a acercarse a Tlatelolco en octubre de 1968, a pesar de tener poco tiempo de haber dado a luz a su hijo Felipe.

Elena, tienes que venir porque hay manchas de sangre en el suelo, los elevadores perforados, vidrios por toda la Plaza (de las Tres Culturas)”, le dijo Martínez Medrano vía telefónica.

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El 3 de octubre, la también activista llegó a la Plaza de las Tres Culturas y encontró “un paisaje después de la batalla”, en donde había muchos zapatos regados, tacones de mujer y calzado infantil, que confirmaba que la gente había buscado escapar. Eso, dijo Poniatowska, fue lo que más la impresionó.

Todavía había tanques, soldados y algunos hacían fila frente a un teléfono público. Uno decía ‘pásame al niño, no sé cuánto tiempo nos vayan a tener aquí, pásame al niño’. Lo cual mostraba que la orden de estar allí era inaudita, inesperada”.

Al finalizar la actividad, los estudiantes universitarios compartieron algunas de sus lecturas, la mayoría sobre la pandemia.

RESISTENCIA E IMAGINACIÓN

Antes del homenaje a Elena Poniatowska, en una ceremonia breve, Enrique Graue, rector de la Máxima Casa de Estudios dijo que la Fiesta del Libro y la Rosa cuyo lema de este año es ‘En el camino: resistencia e imaginación’, nos da la oportunidad de reflexionar sobre lo vivido durante los dos años de pandemia, tiempo en el que “hemos estado resistiendo e imaginando”, expresó.

En ese sentido, la lectura nos permite imaginar otros mundos, entender la otredad, pensar que podemos ser distintos, ilusionarnos y aspirar a tener un mundo mejor”, afirmó Graue.

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Entre los asistentes que acompañaron al rector estuvieron Rosa Beltrán, coordinadora de Cultura UNAM, Ana Elsa Pérez Martínez, directora de Literatura y Fomento a la Lectura; Guadalupe Nettel, titular de la Revista de la Universidad.

En su participación Rosa Beltrán celebró poder realizar la este festejo “de cuerpo presente”, aunque aclaró que habrá actividades virtuales durante los tres días de este encuentro.

Después de estos dos años de pandemia, dijo Beltrán, “estamos en el camino de la sobrevivencia, del reencuentro, de toparnos con esa parte humana que no es sustituible a través de las pantallas”.

Beltrán habló de los homenajes de esta fiesta, entre los que destacan el que se le realizó la tarde de ayer a Carlos Fuentes a diez años de su fallecimiento, el del centenario del nacimiento de José Saramago, el de los 140 años del natalicio de Virginia Woolf, así como otro en memoria del escritor Álvaro Uribe.

Más de 150 actividades presenciales y virtuales se llevarán a cabo hasta el domingo 24 de abril en el Centro Cultural Universitario, el Colegio de San Ildefonso, Museo Universitario del Chopo, la Casa del Lago, la Casa Universitaria del Libro, el Centro Cultural Universitario Tlatelolco.

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