A lo largo de 28 años, en el país se han registrado 600 casos de linchamientos entre eventos consumados y tentativa.

Con un total de 12 casos de linchamientos, entre tentativas y consumados, y con una intensidad “baja” en cuanto a la frecuencia de los mismos, Tlaxcala se ubica entre las entidades con mayor número de ataques violentos de la población en contra de supuestos delincuentes.

Así lo revela la investigación “Violencia Social: geografía de los linchamientos en México”, publicada por la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (Redalyc) del proyecto iniciado por la Universidad Autónoma de Estado de México (UAEM).

En ese artículo, se realizó un conteo sobre los casos de linchamientos en el país así como la intensidad de frecuencia de los mismos en orden descendente, correspondiente al periodo de 1988 al 30 de junio de 2016; en ese periodo de tiempo se registró un total de 600 casos, de los cuales el 90 por ciento con 545 casos lo concentran 12 entidades federativas, entre ellas Tlaxcala.

El estado con mayor número de casos es el Estado de México con 191 casos y una intensidad “Extremadamente Alta”, le sigue Puebla con 101 eventos y con igual frecuencia, solo en esos dos estados las veces de casos es de tres dígitos.

La tabla de valores coloca a Tlaxcala en el lugar 11 del ranking nacional con un total de 12 casos y una intensidad “Baja”, ocurridos en un periodo de 28 años. Pero en lo que va de este 2018, mediante notas informativas en medios de comunicación locales se han contabilizado siete intentos de linchamiento por parte de pobladores contra presuntos ladrones en los municipios de Ayometla, Chiautempan, Santa Cruz Tlaxcala, Tepetitla, Papalotla, y San Pablo del Monte; siendo el 20 de junio pasado cuando se registró el primer asesinato de un hombre acusado por la multitud de haber robado una camioneta en el municipio sureño de San Pablo del Monte.

Sobre este tipo de eventos, los autores del estudio Raúl Rodríguez Guillén y Norma Ilse Veloz Ávila, explican que “las ejecuciones y los linchamientos se pueden analizar como expresión de la violencia social localizada, en donde grupos de colonos, miembros de una comunidad o grupos de delincuentes organizados ejercen la violencia frente a situaciones o condiciones que ponen en riesgo los principios de convivencia pacífica”.

Incluso, mencionan que “los linchamientos en Oaxaca, Morelos, Guerrero, Chiapas, Distrito Federal, Estado de México, Puebla, Veracruz, Tlaxcala, Hidalgo, etc., son el referente empírico de la violencia social a causa de la erosión de la autoridad y la creciente indignación de grupos que desde la sociedad encuentran en la acción colectiva violenta una forma de protestar ante la inseguridad y la ineficiencia de las autoridades”.

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