La Reforma Energética y la advertida Reforma Electoral, marcarán el éxito político de López Obrador
El próximo 13 de abril se votará en el pleno la Reforma Energética que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ha propuesto y para la cual requiere de 57 votos más de la oposición para que sea posible avalarla íntegra y sin ninguna modificación. Con los 277 votos que Morena tiene en la Cámara de Diputados, no le alcanzaría para avalarla pues, aunque tiene mayoría, no tiene la mayoría calificada que perdió en las pasadas elecciones por eso necesita de 57 votos más de la oposición o bien, 30 votos y que 27 legisladores más o se abstengan o no se presenten a la Sesión de la Cámara de Diputados Federal el próximo miércoles.
La oposición había advertido que se sometiera a votación pasando las elecciones que se llevarán a cabo en seis estados de la República el próximo 6 de junio. Sin embargo, ayer en comisión de energía fue votado por mayoría (de Morena y aliados) que se votará en pleno el próximo 13 de abril, una vez pasando la Revocación de Mandato que se llevará a cabo el próximo 10 de abril.
Que la Reforma Energética se apruebe sin hacerle ninguna modificación sería un éxito político para AMLO y dejaría sin verdadera oposición o contrapesos al Estado mexicano, si se aprobara con modificaciones también sería un éxito para López Obrador, aunque con ciertos contrapesos en el Estado mexicano lo que favorecería a la percepción de democracia. En ambos casos sería una buena operación de negociación política con quienes sean las y los encargados por el mandatario federal para sacar avante esta Reforma.
Existe otra posibilidad que involucra a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que validen la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), el máximo órgano de justicia de México sesionara este jueves 7 abril. Si se avalara, la Ley de la Industria cumpliría el mismo cometido que si se aprobara la Reforma Eléctrica en el pleno: otorgar poder económico y de decisión a la Comisión Federal de Electricidad (CFE)
Es muy probable que la esencia de la Reforma Eléctrica se valide, pero en el cómo se valide y bajo qué escenario se valide no daría el punto de prospectiva para saber si estaríamos ante un tipo de gobierno autocrático o democrático.
La narrativa política de la Reforma es muy convincente: Soberanía y riqueza para el pueblo mexicano. El discurso mediático servirá para que en cualquiera de los escenarios, el Presidente López Obrador mantenga el muy alto nivel de aprobación que a mitad de su sexenio tiene y que supera el 60%.
Si la Reforma se aprueba del mismo modo que se aprobaría una anunciada Ley Electoral, nos daría ciertos elementos para dilucidar el tipo de gobierno que imperaría en nuestro país por los próximos años.
La revocación de mandato que se realizará este 10 de abril, es un ejemplo de la magistral jugada de ajedrez que, comunicacionalmente hablando, el Presidente López Obrador tiene como sello característico de su narrativa política. Veamos, si con la movilización que hiciera Morena no se alcanzara para sumar el porcentaje de votos requerido, se culpabilizará a la escasez de boletas que emitió el INE; si el que el llamado de la oposición de no ir a votar surtiera efecto para no alcanzar el porcentaje requerido en el listado nominal, se culpabilizará al INE por no llevar a cabo la promoción de este referéndum como corresponde por ley. En cualquiera de estos dos escenarios que parecieran adversos, el Presidente mexicano gana ya que sería la meta de salida a una Reforma Electoral que resquebrajara las normas actuales de operación del Instituto Nacional Electoral.
Así que está en juego mucho más que una iniciativa, ley, participación ciudadana, participación democrática, soberanía energética, etc. Lo que está en juego realmente en las cercanas semanas es la nueva forma política y de gobierno que el país tendrá por los próximos años.
Twitter: @AlesandraMartin