Unas parejas al borde de la separación decidieron consumir MDMA, una droga ilegal, como un último recurso para mejorar su relación.
Después de 10 años de matrimonio, Ree, de 42 años, y su esposo ya estaban listos para acabar con su relación. Incluso su terapeuta se había dado por vencido, contó ella, en parte porque su esposo “era muy hermético, no podía abrirse”. Luego un amigo sugirió que probaran MDMA, la droga ilegal, conocida como éxtasis, molly o tachas.
Para Ree —ella y su esposo pidieron permanecer en el anonimato para hablar sobre el uso de la droga, así que usamos un apodo— su respuesta fue un “no inmediato”. La MDMA, asociada desde hace tiempo con la cultura de los raves, está clasificada actualmente en Estados Unidos como una droga de la lista I, lo que significa que tiene un alto potencial de abuso y no cuenta con ningún uso médico aceptado en el país.
Seis meses más tarde, después de leer Cómo cambiar tu mente, el libro éxito en ventas de Michael Pollan, en el que detalla su experiencia transformadora con las drogas alucinógenas, Ree lo reconsideró. Y así es como se encontraron en un recóndito lugar de Utah, en una enorme casa rentada con hermosas vistas a las montañas para un viaje de éxtasis con otras cinco parejas.
“Literalmente dijimos en el camino a esa casa: ‘Si esto no funciona, se acabó’”, dijo Ree.
En los últimos años, las pruebas clínicas han mostrado que la MDMA, cuando se combina con la terapia de conversación o psicoterapia, puede darle alivio a quienes sufren de trastorno de estrés postraumático (o TEPT), un hallazgo que ha cambiado la reputación de la MDMA de una droga para fiestas a una con posibles usos terapéuticos. Algunas parejas, interesadas en la capacidad que tiene la droga de producir sentimientos de empatía, confianza y compasión, han empezado a usar por su cuenta el MDMA en un esfuerzo por establecer un vínculo, mejorar la comunicación y gozar de una vida sexual más plena.
Sin embargo, los expertos advierten que la MDMA, un derivado de las anfetaminas, puede tener efectos secundarios graves. Y aunque tiene fama de mejorar la empatía, hay muy pocas investigaciones hechas sobre las parejas que la usan juntas, por lo que es más difícil saber cuán benéfica es la droga, qué tan duraderos son sus efectos o en qué instancias podría ser efectiva para la gente con problemas en sus relaciones.
Un ‘suero de la verdad’ que baja las defensas
Antes de que en 1985 la MDMA se prohibiera en Estados Unidos, el psiquiatra George Greer realizó más de 100 sesiones terapéuticas de MDMA con 80 personas y fue autor de un estudio informal de observación en el que participaron 29 de ellas.
Los participantes no se ofrecieron como voluntarios con la intención de sanar una relación, dijo Greer, pero, curiosamente, todos los sujetos, excepto uno, informaron que la comunicación había mejorado en sus relaciones después de la sesión de MDMA, ya sea con su pareja o con otra persona en su vida.