Los hábitos de consumo en las distintas categorías han girado a compras diarias y necesarias, según una encuesta efectuada por la ANPEC.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) dio a conocer los resultados de su 16ª Encuesta: Hábitos de consumo y pobreza cuyo levantamiento se llevó a cabo en la segunda quincena de octubre en 20 Estados de la República Mexicana: CDMX, Estado de México, Nuevo León, Sinaloa, sonora, Tamaulipas, Nayarit, Colima, Jalisco, Hidalgo, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Querétaro, Guanajuato, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Yucatán y Quintana Roo.
La encuesta se conforma de 1,200 entrevistas efectivas a pequeños comercios vía telefónica, un muestreo probabilístico estratificado, con un nivel de confianza de 95% y un margen de error de las estimaciones es de +/- 3.1%.
Lo que motivó este estudio fue buscar despejar como la inflación en las ventas, en los precios de los productos ha empobrecido el consumo.
Los hallazgos encontrados son, “amén de ilustrativos, alarmantes”:
* 94.02% de los encuestados consideró que el consumo de sus clientes es bajo e insuficiente.
* 64.23% observó que sus clientes consumen contra lo que les alcanza, sin considerar marcas, pesaje o criterios de salud,
* 63.71% manifestó que sus clientes solo lograrían comer saludable si tuvieran una mayor educación nutricional;
* 85.70% de los consultados dijo que a la comunidad que sirven no les alcanza para la canasta básica.
* 79.83% de ellos les piden fiado, notándose un incremento de un 30% respecto al último semestre.
La manera de consumir las distintas categorías de mercado, por la caída del poder adquisitivo ha girado a la siguiente manera:
· Tortilla– por medios kilos
· Huevos – por pieza
· Leche –por litro
· Pan– barra grande
· Embutido/quesos – menos de medio kilo
· Aceite –por litro
· Arroz– por medio kilo
· Frijol –por medio kilo
· Azúcar –por medio kilo
· Tomate –por pieza, al igual que cebolla, aguacate y papa.
· Carnes– por kilo (cuando se logra consumir)
Indudablemente la sensación térmica de la inflación en el consumo es mucho mayor de lo que se reporta por las instituciones oficiales, la realidad de mercado es aún más caliente y está afectando dramáticamente la alimentación y la calidad de vida del pueblo trabajador mexicano. ¿Cuáles son las reflexiones que resultan de todo esto?
a) Aunque algunos productos eleven su precio, paradójicamente, la gente los sigue consumiendo aún con lo estrecho de sus bolsillos y obedeciendo a su cultura nutricional.
b) La proteína (encarecida) se consume cada vez menos por su costo y se apuesta cada vez más por alimentos de energía rápida, buscando moverse en la cotidianidad;
c) Al cliente promedio no le alcanza para una canasta básica;
d) El consumo está migrando en definitivo a lo del diario y a lo esencial en una suerte de auto racionalización alimentaria, obligada por la pobreza. Una expresión inequívoca del empobrecimiento del consumo que se vive en crescendo es el aumento del número de clientes que piden fiado; en coloquio puro, de aquellos que “piden paro con el baro”.
Huelga señalar que esta realidad del pequeño comercio afecta directamente a mas de 1 millón 200 mil pequeños comercios del país: 88.24% señaló que sus ganancias no se han recuperado respecto a antes de la pandemia; 63.37% manifestó pérdidas de hasta un 20%; para colmo de males 36.17% tuvo cierres temporales de al menos un mes en lo que va de la pandemia por restricciones y prohibiciones decretadas; 49.63% casi la mitad del sector ha sido víctima de algún delito.
El esfuerzo que realiza el pequeño comerciante es descomunal, trabaja al menos 12 horas al día el 82.89%; abre todos los días el 72.34% y el 77.27% no cree que la economía ni el comercio del país resistan una mayor elevación de precios y menos provocada por una mayor carga fiscal.
Los grandes ejes que nos revela esta encuesta son: Pobreza alimentaria, inflación creciente, consumo diario y de lo necesario; caída del poder de compra, frágil estabilidad y reactivación económica y una amenaza aún vigente de la pandemia del Covid.
Este diagnóstico explica y justifica plenamente la política fiscal adoptada por el Gobierno Federal de Andrés Manuel López Obrador.
ANPEC en días recientes elevó su voz ante la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados para demandar sensibilidad y prudencia en la aprobación del paquete económico del año 2022. Un llamado a los legisladores a honrar la propuesta del ejecutivo de no crear ni aumentar impuestos por no haber condiciones, hecho acreditado con los resultados de esta encuesta. Al final del día, los legisladores en cuestión, legislaron con responsabilidad en este aspecto neurálgico; no está de más, hacer un llamado explícito a los Gobiernos Estatales: Gobernadores y Legisladores Locales a sumarse irremediablemente a la Política Fiscal Federal de no crear ni aumentar impuestos, ya que, la realidad económica y de mercado del país no lo resistiría y las consecuencias sociales serían muy graves.
Estamos seguros que, así como no hay borrachitos que traguen fuego, no habrá Gobernadores que “se disparen al pie o escupan para arriba”. Esta es la hora de apretarse el cinturón, de hacer que los recursos con los que se cuentan sean administrados eficientemente y rindan, ejercidos con transparencia y claridad de prioridades. Es la hora del talento, de hacer más con menos; Posgrado en el que, por cierto, está graduado a todas luces el pequeño comercio mexicano.
Son tiempos de vacas flacas, nos guste o no. Si todos nos volvemos corresponsables como sentencia el estribillo de la popular canción: “Siempre vendrán tiempos mejores”.