La esperanza de vida se refiere al número de años que en promedio se espera que viva una persona después de nacer.
Los habitantes de Puebla y Tlaxcala perdieron durante la pandemia en promedio 3.5 años de esperanza de vida, revela el estudio “Heterogeneidad en el exceso de mortalidad y su impacto en la pérdida de la esperanza de vida por Covid-19: evidencia de México”, de Víctor Manuel García e Hiram Beltrán Sánchez, investigadores del Colegio de México y la Universidad de California (UCLA, por sus siglas en inglés).
La esperanza de vida se refiere al número de años que en promedio se espera que viva una persona después de nacer. Antes de la pandemia el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) había dado a conocer que la esperanza de vida durante 2020 para los hombres en Puebla y Tlaxcala sería de 72 años y para las mujeres de 78 años.
Sin embargo, el estudio revela que durante el primer pico de la pandemia en la segunda ola de diciembre de 2020, la esperanza de vida para los hombres y mujeres de Tlaxcala y Puebla disminuyó 3 y 2 años, respectivamente.
Esto significa que la estimación del Inegi sobre la esperanza de vida para los hombres en Puebla y Tlaxcala se redujo a los 69 años y para las mujeres a los 76 años, lo que además significa que las personas en ese rango de edad es más probable que pierdan la vida por el virus.
Ambas entidades se ubican entre el grupo de regiones, junto con Ciudad de México y la zona metropolitana y el norte del país, como las más afectadas por la pandemia y con las mayores reducciones a nivel nacional, contrario a entidades más pobres o con mayor población indígena.
Al respecto, Víctor Manuel García señaló que esto se debe a que las zonas comerciales influyeron a la propagación del virus por la densidad poblacional y la movilidad social contra las poblaciones más pobres que permanecieron aisladas y con muy poca movilidad.
Según el estudio, Tlaxcala destacó como una de las entidades con la mayor pérdida de esperanza de vida, al ocupar la posición 10 después de Ciudad de México, Baja California, Quintana Roo, Estado de México, Chihuahua, Coahuila, Sonora, Aguascalientes y Sinaloa, en el periodo de la primera y segunda ola del virus.