La plaga se encontró en 118 hectáreas de Michoacán, y 20 hectáreas del Estado de México, para un total de 19 mil 626 metros cúbicos de madera.
Debido a la presencia de cuatro especies de insectos descortezadores del tallo, cuatro mil 406 árboles de pino y oyamel ya fueron derribados en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, reveló la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
En charla con Excélsior, Abel Plascencia, gerente de Sanidad Forestal de la Conafor, informó que en total ocho mil 165 árboles correrán con la misma suerte en el área natural protegida, 60% localizados en la zona núcleo y 40% en la zona de amortiguamiento.
Detalló que la plaga se encontró en 118 hectáreas de Michoacán, y 20 hectáreas del Estado de México, para un total de 19 mil 626 metros cúbicos de madera, en aproximadamente siete mil 702 oyameles y 463 pinos.
Dijo que aunque las afectaciones abarcan apenas el 0.25% de las 56 mil hectáreas que conforman la reserva ecológica, es el ataque más grave del descortezador, avivado por la sequía y el cambio climático, que tiene como antecedente más cercano el año 2011, cuando se tuvieron que tumbar tres mil 100 árboles.
«No es un problema presupuestal, es un asunto más de cambio climático, de falta de agua, de estrés hídrico, y de presencia de plantas parásitas”, manifestó el especialista.
El ingeniero forestal agregó que en esta ocasión, el Ejido El Rosario en el municipio de Ocampo, Michoacán, es el área más afectada, ya que es uno de los polígonos más grandes dentro de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, donde 27 hectáreas resultaron afectadas de las 138 hectáreas con presencia de plaga.
AVANCE
De esta forma, cuando los reportes sitúan a la Mariposa Monarca en su viaje migratorio a México, en los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí, se lleva un avance de 54% en el saneamiento de los bosques templados de Michoacán y el Estado de México.
El gerente de Sanidad Forestal de la Conafor confió en que antes del 2 de noviembre, fecha en que la Mariposa Monarca arriba a sus sitios de hibernación, las actividades de extracción en los ejidos hayan concluido y se permita a esta especie en peligro de extinción descansar sin ruidos ni sobresaltos.
En caso contrario, señaló, los trabajos se tendrán que suspender, y las comunidades podrán reanudar los aprovechamientos cuando el colorido visitante vuele de regreso a Estados Unidos y Canadá.
Precisó que el insecto descortezador no tiene ningún efecto directo en la Mariposa Monarca, por lo que un nuevo brote, cuando las colonias tengan presencia en los santuarios, no les impactaría de ninguna manera.
«De hecho, ésa es una de las condicionantes cuando se emiten las notificaciones, y las tratamos de hacer con mucha anticipación para que los ejidos puedan hacer las actividades de saneamiento y no interfieran con el arribo de la Mariposa Monarca, porque cualquier movimiento puede repercutir”, reconoció.