Son rocas de gran tamaño que merecen un “tratamiento diferente» y se decidió que no estuvieran muchos equipos de rescate.
A menos de 24 horas de un deslave en el cerro del Chiquihuite, en la colonia Lázaro Cárdenas, en el municipio de Tlalnepantla, que provocó la muerte de una mujer, autoridades de Protección Civil mexiquenses informaron que aumentó el riesgo de un segundo desprendimiento de rocas, al detectar, con equipo especializado, grietas en dichas formaciones rocosas y un ligero desplazamiento en la ladera, que podrían poner en peligro la zona del siniestro.
Ante esto, ampliaron el polígono de evacuación de viviendas —en un principio eran 80 casas— y pidieron que se retirarán la mayoría de los equipos de rescate, así como los vecinos que querían apoyar y seguían llegando durante la tarde del sábado.
Según autoridades del municipio, había 27 familias que se rehusaban a dejar sus domicilios; sin embargo, en la zona se observó que personas bajaban con sus pertenencias, pero acusaron que no les daban información clara y por eso prevalecía la incertidumbre.
«Venían y no hacían nada»: vecinos aseguran que ya habían denunciado fallas en el Cerro del Chiquihuite
Cerro del Chiquihuite. Vecinos aseguran que ya habían denunciado fallas previo a deslave
A un costado de la zona cero, el subsecretario de Gobierno del Estado de México, Ricardo de la Cruz, dijo que la determinación fue no dejar ingresar a equipos voluntarios por el temor de un segundo desprendimiento.
“Nuestros ingenieros marcan y hacen mediciones con láser y hubo un movimiento en la ladera. Hay voluntarios que suben con cubetas para quitar escombros, ese no es el tema ahorita, el tema es la seguridad”, indicó.
Informó que la cifra de desaparecidos bajó a tres personas, entre las que podrían encontrarse dos menores. El número de 10 víctimas, que informaron las autoridades el pasado viernes, se debió a que había gente que vivía en polígonos aledaños al derrumbe y no se habían comunicado con sus parientes.
“Hoy [sábado] sólo hay tres personas [con las] que no hemos tenido contacto, y la familia está en el puesto de comando y está siendo atendida por el municipio, [por] el estado”, apuntó.
En el lugar, vecinos se quejaban de que las labores de rescate se habían parado, ante ello, De la Cruz precisó que no suspendieron los trabajos de búsqueda, pero debido a la detección de grietas en las rocas y un movimiento lateral en la ladera se está definiendo una estrategia.
“Para hacer una búsqueda y rescate profesional y seguro, se tiene que hacer búsqueda más tarde. ¿Cuál es el problema ahorita? Que si no está estabilizado, con la vibración de la maquinaria podría generar un problema general. No se han suspendido las labores, pero se tienen que hacer con cuidado”, señaló.
Comentó que son rocas de gran tamaño que merecen un “tratamiento diferente”, e insistió en que se decidió que no estuvieran muchos equipos de rescate.
Por la tarde, ingenieros y técnicos especialistas llevaban a cabo el estudio de las condiciones de la zona y células con binomios caninos seguían con la búsqueda.
No van a los albergues
Si bien las autoridades habilitaron cinco albergues para recibir a las familias que requieren un lugar donde pernoctar, sólo llegó una; el resto se dirigió a viviendas de familiares. María Luisa López, una de las vecinas, dijo que las autoridades no les dijeron nada seguro, sólo las evacuaron. “No hay nada en concreto, no siguen trabajando, que hagan algo por los que siguen enterrados”.