Confía en el corazón de las cartas e invoca al Mago Oscuro de tu baraja: lo necesitarás para resistir un ataque directo de la nostalgia

El Día de Yu-Gi-Oh! se celebra en julio, y es una fecha especial para todos los fans del exitoso juego de cartas coleccionables. La primera edición de esta celebración se realizó el 27 de julio en Norteamérica y Latinoamérica, pero en 2021 se amplió a dos días, el 3 y el 4 del mismo mes.

Pero su fama no sería la misma sin el primer anime que trajo la fiebre de las cartas a Occidente y que se estrenó hace más de 20 años. Antiguas leyendas egipcias, hologramas de monstruos fascinantes y extravagantes peinados de punta, echemos un breve vistazo a la historia de la producción de la serie de animación.

Hora del duelo

Yu-Gi-Oh! nació como un manga homónimo escrito por Kazuki Takahashi en 1966. El estudio Toei Animation compró los derechos y la primera emisión televisiva tuvo lugar en abril de 1998 en Japón, que curiosamente fue cancelada por falta de audiencia, por lo que lo abandonaron tras sólo 27 episodios.

Cuando Takahashi pensaba que todo había terminado, la productora Nihon Ad Systems (NAS) vio el potencial de su historia. El manga recibió una segunda oportunidad y en el año 2000 se publicó Yu-Gi-Oh! Duel Monsters, donde todo el mundo se enamoró de la historia tras conocer a Yugi Muto, Joey Wheeler, Téa Gardner y Seto Kaiba.

A pesar de la escasa confianza tras el fracaso de la primera temporada, la producción de NAS fue un fenómeno cultural inesperado. La primera entrega (Pegasus Arc) tuvo 49 episodios y la segunda (Battle City Arc) se confirmó inmediatamente, lo que supuso su pico más alto en términos de popularidad y aclamación de la crítica.

Durante la emisión, una conocida marca de videojuegos no se lo pensó dos veces y llevó el apasionante juego de cartas a la vida real con productos coleccionables que, como era de esperar, también fueron un éxito arrollador. Además, en 2001 empezó a emitirse oficialmente en Estados Unidos, lo que aumentó su admiración internacional.

El resto es historia: se estrenaron tres temporadas más y llegaría a los hogares latinoamericanos con un doblaje inolvidable. Finalmente, concluyó en 2004 con un total de 224 episodios, lo que puso  fin a  una era para muchos niños.
 
F. TUBI

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