La cifra es la segunda más alta reportada durante la administración actual, la pasada fue durante el amago de Trump con aranceles al acero nacional.
La cifra de migrantes detenidos en México escala de nuevo: mayo se convirtió en el segundo mes con mayor número de indocumentados interceptados por el Ejército Mexicano en lo que va del sexenio con 22 mil 967 personas aseguradas y posteriormente deportadas a sus países de origen, de acuerdo a datos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
En México y Estados Unidos el flujo de migrantes y las detenciones han crecido desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca; sin embargo, en nuestro país las cifras récord comenzaron a reportarse en marzo, a la par del anuncio de un acuerdo de colaboración entre ambos países en materia de vacunas contra el covid-19.
En ese mes el despliegue de las fuerzas armadas, como parte del Plan de Migración y Desarrollo de la Frontera Norte y Sur, pasó de 8 mil 715 a 27 mil 562 efectivos. Desde esa fecha hasta el 21 junio la cifra de detenciones se ha incrementado 77 por ciento, y se colocó al mismo nivel alcanzado hace dos años, cuando Donald Trump amenazó con imponer aranceles al acero nacional si no se detenía el flujo migratorio.
De acuerdo con Ignacio Martínez, director del albergue para migrantes Casa ABBA, ubicado en Celaya, Guanajuato, en la actualidad los migrantes que cruzan nuestro país tienen que enfrentarse a funcionarios del Instituto Nacional de Migración, y elementos de otras corporaciones como la Guardia Nacional o la Secretaría de la Defensa.
“Muchas veces vemos que hasta son perseguidos, y entonces pareciera que ahora es un delito ser pobre y buscar una mejor calidad de vida”, lamentó. Y mientras en México crecen las detenciones, del otro lado de la frontera norte se contuvieron desde el primer envío de vacunas realizado a México el 29 de marzo.
De acuerdo con Ignacio Martínez, director del albergue para migrantes Casa ABBA, ubicado en Celaya, Guanajuato, en la actualidad los migrantes que cruzan nuestro país tienen que enfrentarse a funcionarios del Instituto Nacional de Migración, y elementos de otras corporaciones como la Guardia Nacional o la Secretaría de la Defensa.
“Muchas veces vemos que hasta son perseguidos, y entonces pareciera que ahora es un delito ser pobre y buscar una mejor calidad de vida”, lamentó.
Y mientras en México crecen las detenciones, del otro lado de la frontera norte se contuvieron desde el primer envío de vacunas realizado a México el 29 de marzo.
En abril, la Patrulla Fronteriza reportó la detención de 178 mil 854 migrantes en su frontera sur, lo que representa un crecimiento mensual del 3.18 por ciento, con lo que se dejó atrás los incrementos de dos dígitos que se habían reportado los primeros tres meses de la administración Biden.
Este contexto, de acuerdo con activistas defensores de los derechos de migrantes, aumenta el riesgo que corren las personas que cruzan México hacia Estados Unidos porque permiten que las bandas del crimen organizado y los traficantes de personas, incrementen el costo de las extorsiones o los traslados.
“Se endurece la frontera por parte de nuestro gobierno, y la bandas delictivas se aprovechan de eso. Si los muchachos suben al tren, por ejemplo, pueden cobrarles 200 pesos, y si no pagan los arrojan”, explicó Ignacio Martínez, director del albergue para migrantes Casa ABBA.