Con inteligencia artificial, cámaras termográficas, micrófonos y proyectores, la universidad jesuita recibirá a sus alumnos.
El salón A-204 de la IBERO Puebla, estructurado al estilo de anfiteatro, solía albergar clases teóricas de amplia concurrencia. Ahora, tras más de 400 días de abandono, está equipado con una computadora con inteligencia artificial, dos cámaras, un micrófono y un proyector para ser el escenario de las clases híbridas que tomarán cientos de alumnos en su próximo regreso al campus.
Se espera que un total de 44 salones de la Universidad Jesuita (y ocho en las preparatorias IBERO Puebla y Tlaxcala) estén equipados con esta infraestructura y se activen tan pronto como lo permitan las condiciones epidemiológicas a nivel regional y estatal.
Quienes decidan asistir nuevamente a las clases presenciales (primordialmente de talleres, laboratorios y prácticas) serán recibidos por el sistema automatizado de entrada por torniquetes y plumas vehiculares, los cuales solo se activarán si la persona realizó su automonitoreo COVID a través de la plataforma institucional.
Una vez al interior de las instalaciones, la persona deberá lavar sus manos o utilizar el dispensador de gel antibacterial más cercano y atravesar el filtro sanitario correspondiente. Mediante el uso de cámaras termográficas, el personal de salud de la IBERO Puebla se asegura de que cada visitante tiene una “temperatura normal” y que porta su mascarilla de manera correcta.
Los laboratorios albergados en el Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica (IDIT) también han delimitado su aforo máximo de participantes. La Dra. Lilia Vélez Iglesias, directora general Académica, explica que los grupos de mayor cuórum se dividirán los tiempos para ingresar a los inmuebles. Se espera que en Verano 2021 cerca de mil alumnos retomen actividades en talleres y laboratorios de ingenierías, diseño y ciencias de la salud.
Para las clases de corte teórico, la modalidad híbrida permitirá tener una experiencia de contacto permanente entre la fracción del alumnado que asista a la cátedra y la que la siga desde su casa, situación que será particularmente favorable para el 48% de la matrícula que no reside en Puebla.