Propietarios de negocios con venta de alimentos deben rentas y arrastran otras deudas

Dueños y empleados de restaurantes, tonterías y fondas están preocupados por la nueva restricción gubernamental a sus actividades para contener el repunte de COVID19, saben que es necesario, pero también advierten que esta nueva medida, en caso de prolongarse, podría llevar a la quiebra a sus negocios.

«Si no nos dejan abrir después del 11 de enero, este negocio con más de 100 años de antigüedad va a tener que cerrar«, dijo César Tinoco, propietario del restaurante «Qué Chula es Puebla», ubicado a escasos metros de El Parian.

Su negocio es uno de los muchos que comenzaron a enfrentar dificultades en las ventas a partir del decreto que entró en vigor este día y que impide la venta de alimentos al interior de los establecimientos, ya que solo se permite el servicio para llevar y a domicilio.

Al interior del local, en donde los cocineros esperan por pedidos, explicó que con la reactivación económica el negocio familiar no había logrado sobreponerse al 100 por ciento y está segunda suspensión de actividades podría terminar con él de forma definitiva.

«En la renta estoy muy atrasado, en pagos estoy atrasado, en la luz y voy aportado en pagos, con esta temporada esperaba avanzar pero ya no se va a poder, si nos hubieran avisado antes ya ni siquiera hubiera invertido para vender el fin de año».



En la misma situación se encuentra la señora Ana, dueña de un establecimiento dedicado a la venta de tortas en pleno Centro Histórico, pues aunque continúa con el servicio para llevar, los ingresos no se comparan con lo que necesita para hacer rentable su negocio.

«Volvemos a lo mismo, de no tener para pagar renta, pagar luz, pagar a empleados y los insumos«, dijo al tiempo de indicar que tuvo que reducirles el sueldo al 50 por ciento a las dos trabajadoras que tiene.



Manuel, empleado de un establecimiento dedicado a la venta de cemitas poblanas y carnitas, dijo que las ventas bajaron demasiado desde hoy que entró en vigor el decreto y es probable que su patrón decida cerrar.

Refirió que eran cinco los trabajadores del local, sin embargo ahora solo quedan dos empleados y existe la incertidumbre de que los pudieran despedir definitivamente o mandarlos a descansar pero sin el sueldo completo.



Todos los entrevistados admitieron que esperaban buenas ventas en los días previos al fin de año, como sucede regularmente en esta temporada; sin embargo, ahora la situación es difícil y con pocas posibilidades de mejorar en el corto o mediano plazos.

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