Después de ser un producto típico de las ferias medievales, las galletas de jengibre adquirieron todo un nuevo sentido gracias a la reina Isabel I de Inglaterra.
Están tan relacionadas con estas fechas que saborear uno de estos bizcochos es como darle una mordida a la Navidad. Su sabor inconfundible, especial textura y decoración característica hacen que las galletas de jengibre sean un elemento imprescindible en todas las casas durante la época navideña.
Para empezar, hay que saber de dónde viene el jengibre. Esta raíz es originaria de China y llegó a Europa a través de la ruta de la seda hace ya varios siglos. Durante la Edad Media se usaba como especie por su habilidad de ocultar el sabor de las carnes preservadas.
Se cree que las primeras galletas de jengibre en Europa se elaboraron a finales de la Edad Media. En aquella época las galletas se decoraban con hojas de oro y tenían varias formas. Debido a que el jengibre todavía era un ingrediente difícil de conseguir en esos tiempos, las galletas de jengibre eran consideradas un lujo que solo los reyes y los más adinerados podían darse.
Después de ser un producto típico de las ferias medievales, las galletas de jengibre adquirieron todo un nuevo sentido gracias a la reina Isabel I de Inglaterra.
En el siglo XVI la reina pidió que sus galletas tuvieran la forma de algunos personajes, especialmente de los miembros de su corte y pretendientes. Las galletas eran decoradas con atuendos comestibles y se ofrecían a sus invitados.
Unos años después los hermanos Grimm crearon un cuento tomando como inspiración las galletas de jengibre. Hansel y Gretel cuenta la historia de dos hermanos que se encuentran en medio del bosque una casa hecha enteramente de galleta de jengibre. Muchas personas atribuyen la popularidad de las casas y los muñecos de jengibre a este cuento.
La costumbre de construir las casas de galleta pronto se relacionó con las fiestas navideñas, tal vez por ser una actividad divertida en la que pueden participar chicos y grandes.
La tradición, que comenzó en Alemania, comenzó a esparcirse por Europa hasta llegar a América.