La encuesta indica un aumento en el porcentaje de mexicanos que se han hecho la prueba COVID-19.

La percepción de que los contagios de coronavirus siguen al alza registró un aumento de 46 a 55 por ciento en la última semana de noviembre, según el seguimiento de encuestas quincenales de EL FINANCIERO.

En contraste, el porcentaje de mexicanos que cree que ya vamos de salida de la pandemia bajó de 20 a 12 por ciento. A principios de octubre, esa percepción había alcanzado un punto máximo de 41 por ciento, pero las expectativas de salida se han desvanecido.

La encuesta, que se realizó del 27 al 29 de noviembre a 410 adultos por vía telefónica, indica que también se ha ampliado el apoyo a las medidas de confinamiento. La preferencia por mantener restricciones subió por tercera ocasión consecutiva, para ubicarse en 64 por ciento. En contraste, la preferencia por reabrir y regresar a la normalidad bajó de 36 a 29 por ciento. Según estos datos, la mayoría de la población mexicana cree que el coronavirus se está intensificando y hay que mantener la guardia en alto.

La encuesta indica un aumento en el porcentaje de mexicanos que se han hecho la prueba COVID-19. El 11 de octubre, el 16 por ciento respondió haberse hecho la prueba, pero para el 29 de noviembre ya era el 23 por ciento. De ellos, el 3 por ciento dijo haber salido positivo, y el 20 por ciento negativo.

Según el sondeo, la razón principal a la que los entrevistados atribuyen que los contagios no estén disminuyendo tiene que ver más con los hábitos que con las medidas que toma el gobierno. Para el 69 por ciento, los contagios no han parado porque “las personas se descuidan o no toman precauciones”. En contraste, para el 27 por ciento, la razón principal es que las “medidas del gobierno han sido insuficientes o inadecuadas”. Para un 3 por ciento, la razón va más allá de los esfuerzos de las personas o los gobiernos y opinan que si la pandemia nos rebasa, “depende de la voluntad de Dios”.

Al preguntar cuál creen que sea la mejor manera para reducir los contagios, el énfasis en los cuidados personales sobre las medidas gubernamentales persiste: el 67 por ciento cree que “cada quien debe cuidarse, usar cubrebocas y lavarse las manos”. El 27 por ciento opina que el gobierno debe “tomar medidas más estrictas de distanciamiento social”. Y el 6 por ciento cree que la mejor manera para reducir los contagios es confiar en la protección de Dios. Según estos datos, las causas de los contagios y sus posibles soluciones dependen más de lo que hace la gente que de lo que haga el gobierno. Eso podría explicar por qué, a pesar de la renuencia del gobierno a los cubrebocas, una buena parte de la gente ve a esos aditamentos con buenos ojos.

El estudio también revela cierta desconfianza ante la eventual vacuna antiCOVID-19. El 55 por ciento preferiría no ponérsela de inmediato, sino hasta ver cómo funciona en otros, y el 10 por ciento es antivacuna, preferiría no ponérsela. Por otro lado, al preguntar cuánto confían en la vacuna, 47 por ciento mucho o algo (sólo 7 por ciento dijo mucho), mientras que 48 por ciento indicó poco o nada. Predomina la desconfianza hacia lo que se ve como la única solución viable hacia la normalidad.