Los hallazgos conduciría a una identificación más precoz de los pacientes con un mayor riesgo y a la aplicación de los futuros más adecuados.
Los ecocardiogramas, también denominados ultrasonidos cardíacos, muestran los devastadores efectos del covid-19 en el corazón de los pacientes. Lo han visto investigadores de la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Mount Sinai de Nueva York (EE.UU.) en un estudio que se publica hoy The Journal of the American College of Cardiology (JACC), que identifica diferentes tipos de daño en la estructura del corazón que experimentan los pacientes con covid-19 después de una lesión cardíaca que pueden estar asociados con enfermedades mortales que incluyen un infarto, embolia pulmonar, insuficiencia cardíaca y miocarditis. Dichas anomalías están asociadas con un mayor riesgo de muerte entre los pacientes hospitalizados.
Los hallazgos ofrecen nueva información que pueden ayudar a los profesionales sanitarios a comprender mejor el mecanismo de la lesión cardíaca, lo que conduciría a una identificación más precoz de los pacientes con un mayor riesgo y a la aplicación de los futuros más adecuados.
«La detección precoz de anomalías estructurales cardíacas puede facilitarnos la aplicación de los tratamientos más apropiados, incluido el uso de fármacos anticoagulantes, para los pacientes hospitalizados y posthospitalarios», afirma el autor de la investigación, Valentín Fuster, del Hospital Mount Sinai de Nueva York y director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
Este estudio retrospectivo internacional amplía los resultados de una investigación previa de este mismo centro médico que mostraba que la lesión miocárdica (daño cardíaco) es frecuente entre los pacientes hospitalizados con covid-19 y se asociaba con un mayor riesgo de mortalidad.
En este caso, el trabajo se centró en los niveles de troponina, proteínas que se liberan cuando se produce una lesión en el músculo cardíaco, que cuando está elevada muestra el nivel del daño cardíaco.
Los investigadores analizaron la relación que había entre los niveles elevados de troponina cardíaca con la presencia de anomalías ecocardiográficas. Así encontraron que la combinación se asoció con peor pronóstico y mortalidad que las elevaciones de troponina solas.
«Este es uno de los primeros estudios que proporciona datos ecocardiográficos y electrocardiográficos detallados en pacientes hospitalizados con covid-19 y evidencia de laboratorio de lesión miocárdica», explica el investigador Gennaro Giustino. «Hemos visto que en los pacientes con covid-19 que se sometieron a un ecocardiografía transtorácica había distintas anomalías estructurales cardíacas que estaban presentes en casi dos tercios de los pacientes».
Los investigadores observaron exploraciones ecocardiográficas transtorácicas (ETT) y electrocardiográficas (ECG) de 305 pacientes adultos con covid-19 positivo confirmado ingresados en cuatro hospitales de Nueva York y dos hospitales en Milán, Italia, entre marzo y mayo de 2020. La edad media fue de 63 años y el 67,2% eran hombres.
Los resultados mostraron que 190 pacientes (62,6%) tenían lesión miocárdica; de estos, 118 presentaban daño cardíaco en el momento de la hospitalización y 72 lo desarrollaron daño durante la hospitalización. Los investigadores encontraron además que los pacientes con lesión miocárdica tenían más anomalías electrocardiográficas, biomarcadores inflamatorios más elevados y una mayor prevalencia de anomalías de la ETT en comparación con los pacientes sin lesión cardíaca.
El estudio muestra que: el 26,3% de los pacientes tenía disfunción del ventrículo derecho (que puede estar asociada con embolia pulmonar e insuficiencia respiratoria grave); el 23,7% anomalías regionales del movimiento de la pared del ventrículo izquierdo (que pueden estar asociadas con ataques cardíacos); el 18,4% disfunción difusa del ventrículo izquierdo (que puede ser asociado con insuficiencia cardíaca / miocarditis); el 13,2 % tenía disfunción diastólica de grado II o III (una condición que conduce a cámaras cardíacas más rígidas), y el 7,2% tenía derrames pericárdicos (líquido extra alrededor del corazón que causa un bombeo anormal del corazón).
Cuando se analizó la mortalidad intrahospitalaria y la elevación de troponina se observó que el incremento de la troponina fue del 5,2% entre los pacientes que no tenían lesión cardíaca, en comparación con el 18,6% de los pacientes con lesión miocárdica, pero sin anomalías ecocardiográficas, y el 31,7% de los pacientes tenía lesión miocárdica y anomalías ecocardiográficas.
«Nuestro estudio muestra que un ecocardiograma realizado es una herramienta útil e importante en la identificación temprana de pacientes con covid-19 con mayor riesgo de lesión cardíaca relacionada con COVID–19, que pueden beneficiarse de un enfoque terapéutico más agresivo y más precoz en su hospitalización” asegura Martin Goldman. Y añade: «además, debido a que esta es una nueva enfermedad con síntomas persistentes, vamos a controlar de cerca a estos pacientes utilizando imágenes para evaluar la evolución y, con suerte, la resolución sus problemas cardíacos».
Los hallazgos, concluyen, «ayudarán a guiar la atención de los pacientes con covid-19 durante un momento crítico».