Cossío Díaz observó que en temas como el debido proceso, detenciones y formalidades esenciales, algunas decisiones expansivas comiencen constreñirse y acotarse.
El ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), José Ramón Cossío Díaz, advirtió sobre la posibilidad de que en México el tema de los derechos humanos esté presente en el lenguaje de las autoridades, pero en la práctica tales derechos comiencen a acotarse y a reducirse, ante lo cual subrayó la importancia de que los juzgadores del país no pierdan la racionalidad jurídica operativa y que tampoco se asuman como parte de la denominada Cuarta Transformación.
Al participar en una videoconferencia organizada por la Asociación de Tribunales Electorales de la República Mexicana (ATERM) y la organización social Nosotrxs, la cual fue moderada por el magistrado presidente del Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET), José Lumbreras García, el ministro en retiro también destacó la necesidad de que los derechos sociales se materialicen, de lo contrario no tendrían ningún sentido de realización. “Me preocupa la idea de que siga pensando que hay una expansión continua y permanente de los derechos humanos.
Tengo la impresión de que la situación de inseguridad pública y económica del país, la forma misma en que se están conduciendo los asuntos públicos en este momento, puede estar llevando a una situación paradójica: una situación donde se siga hablando del lenguaje de los derechos humanos, pero las prácticas de estos derechos comiencen a acotarse y a reducirse. Esto sí me preocupa”, dijo.
Cossío Díaz observó que en temas como el debido proceso, detenciones y formalidades esenciales, algunas decisiones expansivas comiencen constreñirse y acotarse, independientemente de que en el discurso general se hable a favor de los derechos humanos.
“Esto me parece muy importante porque podríamos estar entrando en un periodo en el que creamos que estamos avanzando enormemente en materia de derechos humanos y que éstos se están alcanzando por la vía judicial, cuando en realidad lo que estamos viendo es un discurso que no se está acomodando en la práctica”, apuntó.
Esa circunstancia, dijo, obliga a todos a “no quedarnos satisfechos de lo ya logrado, sino que estemos muy alerta para lograr más y para no perder lo alcanzado”.
Asimismo, expresó su preocupación sobre la posibilidad de que diversos jueces digan hoy que son parte de la Cuarta Transformación, o que digan que entienden el mandato de los 30 millones de votos, o que digan que se adhieren a la forma de pensar del actual gobierno, pues consideró que eso sería un gravísimo error histórico.
“La 4T tiene todas las oportunidades de desarrollo político, pero a los jueces les corresponde ajustar y administrar mediante las formas jurídicas la marcha del quehacer político”, precisó.
En tal sentido, subrayó la importancia de reflexionar sobre el quehacer de los tribunales en materia de desaplicación de las normas para generar el control difuso y para salvar la constitucionalidad de una norma, de manera particular en un contexto donde la presidencia de la República no tiene clara la importancia de satisfacer las condiciones materiales de la población por vía del ejercicio de los derechos, sino que tiene la impresión de que puede satisfacerlas a través de la entrega directa de apoyos.