En el país, de los 309 egresos hospitalarios relacionados con abuso sexual infantil, el 87.7 por ciento de las víctimas fueron niñas entre cero y 5 años.
De acuerdo con el Diagnóstico sobre la situación del abuso sexual infantil en un contexto de violencia hacia la infancia en México, de la organización Early Institute, reveló que en Tlaxcala las niñas son las principales víctimas de abuso sexual, toda vez que es ese sector de la población registró el mayor número de casos de egresos hospitalarios por Abuso Sexual Infantil (ASI) con 48 de un total de 50, es decir, el 96 por ciento de los casos.
Incluso, ese indicador colocó a la entidad como el segundo estado del país con mayor tasa de niñas que egresaron por atención a un abuso sexual; con información del año 2015 la organización posicionó a Querétaro como el primer lugar con una tasa de 22.26 niñas por cada 100 mil habitantes del sexo femenino, menores de 18 años de edad, mientras que Tlaxcala registró una tasa de 21.83.
Mientras que la tasa de egresos hospitalarios por abuso sexual para el caso de los niños de cero a 17 años, se encontró que el mayor nivel fue de 1.1, en la Ciudad de México, seguido de Tlaxcala con 0.88 niños por cada 100 mil habitantes del sexo masculino y menores de edad.
Desde el año 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 66/170 para declarar el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña y reconocer los derechos de las mismas y los desafíos únicos a los que enfrentan en todo el mundo, así como promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos.
En ese marco, en el diagnóstico también se observa que a pesar de los índices que registra Tlaxcala, llama la atención que la entidad registra los niveles más bajos de denuncias de delitos sexuales, en 2015 fueron 79 delitos sexuales con una tasa de 6, mismo nivel que se mantuvo hasta el 2017.
Para la Unicef, explicó, un problema adicional para combatir el delito radica en los llamados preconceptos que suelen confundir la conducta sexual abusiva infantil y minimizan la gravedad de la situación.
Las adolescentes tienen derecho a una vida segura, educada y saludable, no solo durante estos años críticos de formación, sino también a medida que maduran y se convierten en mujeres.
Si reciben apoyo efectivo durante la adolescencia, las niñas tienen el potencial de cambiar el mundo, tanto como niñas empoderadas de hoy como trabajadoras, madres, emprendedoras, mentoras, jefas de hogar y líderes políticas del mañana.