Esta certificación garantiza que tiene un sistema de gestión de responsabilidad social que cumple en materia de relaciones laborales y sociales, así como en responsabilidad ambiental.
La labor de la BUAP va más allá de sus aulas: además de estar comprometida con el bienestar de su comunidad, es una institución que impulsa acciones para conservar el medio ambiente y atender a grupos vulnerables, mediante la recolección de residuos, campañas de alfabetización y jornadas de salud.
Por ello, recibió la certificación WORLDCOB-CSR: 2011.3 alineada a la norma ISO 26000 en materia de responsabilidad social y el Distintivo Waste Responsible Management Institution por parte de la Industria Mexicana de Coca-Cola y la organización Enactus México, por su participación en el reto #MundoSinResiduos.
Otorgado a la BUAP por primera vez en 2015 y con una vigencia de tres años, la certificación WORLDCOB-CSR garantiza que la Universidad cuenta con un sistema de gestión de responsabilidad social que cumple con los requisitos establecidos en tres capítulos: relaciones laborales, relaciones sociales y responsabilidad ambiental, lo que da cuenta que está en un proceso de mejora continua.
El primer capítulo se enfoca a establecer políticas de salud, seguridad laboral, capacitación y educación laboral; es decir, a la parte administrativa.
El segundo, en fortalecer las relaciones sociales con su comunidad y la sociedad, a través de las campañas de alfabetización del Centro Universitario de Participación Social y las jornadas de salud realizadas por las facultades de Medicina, Enfermería y Estomatología.
Mientras que el tercero a la puesta en marcha de políticas ambientales para el cuidado del agua, energía y el aprovechamiento de residuos, entre otros programas. World Confederation of Businesses (WORLDCOB) es una organización internacional fundada en Houston, Estados Unidos, hace más de 10 años, con el fin de promover la cultura empresarial socialmente responsable y fomentar la generación de nuevos negocios entre sus miembros asociados, con representación en más de 102 países alrededor del mundo.
Reto Mundo Sin Residuos Por crear y promover acciones que construyan un mundo más sustentable, la BUAP recibió el Distintivo Waste Responsible Management Institution, otorgado por la Industria Mexicana de Coca-Cola y la organización Enactus México, por su participación en el reto #MundoSinResiduos.
De 133 universidades del país, 45 por ciento públicas y el resto privadas, la Institución sumó mayores contribuciones a este reto, cuyo fin es trabajar por un planeta más limpio y sustentable.
La Máxima Casa de Estudios en Puebla presentó sus diferentes propuestas y proyectos trabajados por estudiantes, a través de la Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento (DITCo) y Enactus BUAP en materia de residuos; así como la labor y los logros obtenidos por el Programa Institucional de Manejo Integral de Residuos Universitarios (MIRU), de la Coordinación de Gestión Ambiental, adscrita a la Coordinación General de Desarrollo Sustentable.
MIRU es un programa institucional puesto en marcha en 2015, cuyo fin es fomentar entre la comunidad universitaria una concientización sobre la importancia de conservar y cuidar el medio ambiente. Para ello, se recolectan los residuos generados en la BUAP y se separan de acuerdo con su valor económico, como PET, aluminio y papel.
De estos materiales se han separado 84 toneladas hasta el momento, 4 toneladas corresponden a electrónicos, 320 mil botellas de PET, alrededor de 80 mil latas de aluminio y 16 mil envases tipo tetra pack. Así también más de mil 155 toneladas de material orgánico y restos de poda de las cafeterías y jardines, los cuales son procesados para elaborar abono orgánico. Los fondos recaudados por la venta de residuos de valor se destinan a proyectos sociales, como las fundaciones Down de Puebla y Salva al Mar.
Por ejemplo, con el programa Tapitas por la Educación, en colaboración con el Centro Universitario de Participación Social, en 2019 se recolectaron 4.5 toneladas, las cuales representaron más de 2.5 millones de tapas de plástico y los fondos sirvieron para que más de 30 niños en condiciones de marginación dispusieran de desayunos para estudiar mejor.