El objetivo será acompañar a los que sufren las consecuencias de la pandemia, pues “hay muchos heridos en nuestras comunidades”.
El Obispo de la Diócesis de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino convocó durante la homilía de este domingo a los párrocos a formar un ejército de “Apóstoles de la salud y de la vida” para que consuelen, animen y alienten a las familias que han sido dañadas por la pandemia.
Desde la Catedral de Tlaxcala, el representante de la iglesia católica en la entidad, pidió a las y los fieles a ser una iglesia en salida misionera y dar signos de cercanía, bondad, solidaria, y misericordia, sin relajar las medidas sanitarias a pesar de que este lunes la entidad estará en color amarillo en el semáforo epidemiológico nacional.
“He hecho un mensaje a toda la Diócesis, que quiero compartirlo con ustedes, hemos recibido el anuncio de que sin relajar las medidas sanitarias, el semáforo epidemiológico de nuestro estado pasará a amarillo, es decir en riesgo “moderado”, al discernir esta nueva situación después de cinco meses de vientos adversos el espíritu santo impulsa las velas de nuestra barca diocesana tanto para reconstruir la vida de nuestro pueblo como para reavivar nuestro espíritu apostólico que señala nuestro plan diocesano de pastoral”, comentó durante la misa dominical.
En la misa con presencia de fieles, recordó que la misericordia debe ser el cimiento de una mística de espiritualidad y de ojos, corazón y manos abiertas que reconocen al señor en los hambrientos, en los extranjeros, en los que no que tienen techo, en los heridos de toda clase, para proyectar a los pobres en el espíritu, una misericordia material y espiritual.
Salcedo Aquino, invitó a la feligresía a “asumir esta invitación del plan diocesano tengamos la mística de ojos abiertos para acompañar a los que sufren las consecuencias de la pandemia, hay muchos heridos en nuestra comunidades, enfermos, familias que han sufrido la pérdida de seres queridos o que han sobrellevado la enfermedad, personas que han perdido el trabajo, otras que han quedado afectadas espiritual y psicológicamente, algunos han experimentado la falta de solidaridad, otros han tenido que abandonar proyectos de estudios o de trabajo. En estos momentos necesitamos hacer presencia” cuando la pandemia ha dejado desesperanza y soledad.
Para ello convocó a los párrocos con sus agentes de pastoral a formar un ejército de “Apóstoles de la salud y de la vida” a ejemplo de Juan Diego de Xiloxoxtla en el año 1541 y de Diego Lázaro en 1631, embajadores de confianza de Nuestra Señora de Ocotlán y de San Miguel Arcángel, para que consuelen, animen y alienten a esa familias afectadas por la pandemia.
Incluso, el Obispo comentó que los agentes laicos de pastoral conocen muy bien a esas familias vulnerables, para quienes organicen ayuda solidaria, convoquen a celebraciones eucarísticas para pedir por los difuntos, los enfermos y la fortaleza ante la adversidad.
“Escuchen a las personas. Que ningún virus nos robe la esperanza. La Creatividad abrirá caminos. ¡Reconstruyamos la iglesia!”.