El tráfico de aletas de tiburón es una realidad en nuestro país, y en el mundo, ante la presencia de piratas sin licencia ni permisos de pesca.

El rey de Guadalupe, el gran tiburón blanco corre un grave peligro, ante el acecho de piratas chinos que buscan sus aletas y el cierre de actividades turísticas y recreativas en su único centro de agregación en México, que deja desprotegido a este depredador tope, crucial para el equilibrio del ecosistema.

José “Pepe” Romero, presidente de la organización Desmitificando Tiburones, advirtió que con la suspensión decretada desde marzo, la Reserva de la Biosfera Isla Guadalupe se quedó sola y vulnerable, porque durante la temporada de avistamiento del tiburón blanco, de julio a noviembre, los cruceros que llevan a los visitantes, realizan una importante labor de patrullaje que inhibe la pesca furtiva.

Pues mira lo que está pasando en Galápagos, al final es un área protegida, y la flota china está justo en el límite, pero se detiene porque ahorita en Galápagos si hay embarcaciones y hay gente que está cuidando, entonces es un gran riesgo que se presenta hoy en Isla Guadalupe, y que puede terminar con una especie”, lamentó.

El activista defensor de los tiburones, señaló que la situación que se vive en Isla Guadalupe, en Baja California, también impacta en los bolsillos de cientos de familias que dependen de esta actividad, para salir adelante en medio de la crisis económica.

Imagínate, los viajes ya estaban pagados y es gente que vive de los viajes, principalmente las propinas y todo eso, si se están viendo muy afectados”, indicó.

ALETEO DE TIBURÓN

El tráfico de aletas de tiburón es una realidad en nuestro país, y en el mundo, donde piratas sin licencia ni permisos de pesca, depredan mares patrimoniales, alertó Dulce Martínez, subcoordinadora nacional técnica de Sea Shepherd México.

Ellos van pescando donde encuentran, usan sus radares, sus satélites para pescar lo que mejor les pagan en los mercados”, explicó.

Detalló que la práctica del aleteo de tiburón, prohibida a nivel mundial, es horrible y sumamente cruel, porque los pescadores furtivos capturan al ejemplar, le cortan las aletas y lo devuelven al mar para que muera desangrado.

Los tiburones necesitan sus aletas para nadar y para vivir, entonces mueren, caen hacia el mar, se hunden y de esta manera ellos pueden pescar más, pueden cortar más aletas y pesa mucho menos la carga”, manifestó.

En la remota Reserva de la Biosfera Isla Guadalupe se calcula que interactúan entre 250 y 400 ejemplares, adultos y juveniles, que disfrutan de las fuertes corrientes templadas, fondos rocosos y colonias de lobos y elefantes marinos.

Se estima que cada año se matan de 26 a 73 millones de tiburones para abastecer el mercado de aletas.

Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), las aletas de tiburón se cotizan en más de 700 dólares el kilogramo.

En China un plato de sopa de aleta de tiburón llega a costar hasta 200 dólares, aproximadamente cuatro mil 400 pesos mexicanos.

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