Los casos han aumentado en Colorado, Idaho, Kansas, Kentucky, Mississippi, Missouri, Ohio, Oklahoma, Oregón y Virginia.

Hasta el 1 de diciembre casi 300.000 estadounidenses podrían morir por COVID-19, según pronosticaron el jueves los expertos en salud de la Universidad de Washington, aunque dijeron que se podrían salvar 70.000 vidas si la población fuera rigurosa con el uso de las mascarillas.

Las últimas previsiones del influyente Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la universidad llegan en un momento en que los principales asesores de enfermedades infecciosas de la Casa Blanca están advirtiendo que las principales ciudades de EEUU podrían tener nuevos brotes si las autoridades no extreman la vigilancia.

“Estamos viendo una montaña rusa en Estados Unidos. Parece que la gente está usando mascarilla y distanciándose socialmente con más frecuencia a medida que las infecciones aumentan, y luego, después de un tiempo, la población baja la guardia a medida que las infecciones disminuyen”, dijo el doctor Christopher Murray, director del IHME, al anunciar el pronóstico revisado de la universidad.

El número de muertes en EEUU por COVID-19 es de más de 159.000, el mayor de cualquier país del mundo, con casi 4,9 millones de casos registrados. (Abra tmsnrt.rs/2WTOZDR en un navegador externo para ver un gráfico interactivo de Reuters)

El instituto dijo que las infecciones estaban disminuyendo en los antiguos epicentros de Arizona, California, Florida y Texas, pero que estaban aumentando en Colorado, Idaho, Kansas, Kentucky, Mississippi, Missouri, Ohio, Oklahoma, Oregón y en Colorado, Idaho, KansasKentuckyMississippiMissouriOhioOklahomaOregón y Virginia. Estas conclusiones coinciden con las cifras de Reuters.

“PROBLEMAS POR DELANTE”

El brote de Estados Unidos, que en un primer momento se centró en Nueva York —una ciudad de una elevada densidad—, ha infectado desde entonces a comunidades de costa a costa. Los expertos creen que la propagación ha sido impulsada en parte por los viajes de vacaciones de verano.

“Esto es un presagio de los problemas que se avecinan”, dijo a CNN el Dr. Anthony Fauci, la más alta autoridad de enfermedades infecciosas del país.

Fauci hizo estas declaraciones después de que la coordinadora del grupo de trabajo de coronavirus de la Casa Blanca, la doctora Deborah Birx, identificó nuevas áreas geográficas preocupantes el miércoles.

Los datos de la Casa Blanca muestran pequeños incrementos en el porcentaje de pruebas positivas en Chicago, Boston, Detroit y Washington.

Por otro lado, los profesionales médicos tienen una mejor comprensión de lo que están tratando, dijo la doctora Khalilah Gates, especialista en cuidados críticos y pulmonares del Hospital Northwestern Memorial de Chicago.

Trump ha instado a las autoridades estatales y locales a reabrir las escuelas públicas para las clases presenciales y Fauci ha dicho que los niños deben volver a clase lo antes posible.

Sin embargo, muchos distritos escolares de todo el país, incluidos dos de los más grandes, Los Ángeles y Chicago, han optado por la enseñanza en línea.

En el distrito escolar rural de Corinto, en Mississippi, donde las escuelas abrieron sus puertas hace dos semanas, cinco infecciones de coronavirus obligaron a algunos estudiantes y profesores a entrar en cuarentena, dijo el superintendente Edward Lee Childress en una publicación de Facebook.

La decisión de reabrir las escuelas tuvo en cuenta el “momento inevitable” en que el virus sería detectado y se activarían los planes de rastreo de contactos, dijo Childress.

“Vamos a tener más casos positivos. Lo tenemos claro”, dijo.

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