La industria está por entrar a su mejor momento del año, pues el verano es el periodo en el que más contrataciones hacen los usuarios.
La contingencia provocada por el coronavirus (COVID–19) generó un incremento de las ventas en línea. Si bien, los productos alimenticios del supermercado, medicamentos y artículos para el aseo personal han sido los más demandados, según la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), los servicios de telecomunicación también han tenido su auge, principalmente el paquete que incluye telefonía fija e internet.
En su reporte ‘Contratación de servicios en línea durante la cuarentena COVID-19’, la Agencia B12 detalló que 34.07% de las 32,814 adquisiciones que hicieron los mexicanos entre la segunda semana de marzo y la segunda semana de mayo fueron de este paquete, pero con una velocidad de 20 megas. El 32.44% de los usuarios optó por una solución triple play agregando televisión de paga.
“Este es un comportamiento que corresponde a una época extraordinaria, no es nada normal”, asegura David Pérez, country manager de la Agencia B12 México. “La contratación de estos servicios durante la contingencia ha sido 40% mayor a un marzo, abril o mayo normal”.
Pero es natural, dice Pérez, pues al permanecer más tiempo en casa se vuelve necesario contar con herramientas que permitan la conexión con el mundo exterior, ya sea para trabajar, estudiar o entretenerse.
En la adquisición de estos paquetes de doble y triple play, los consumidores invirtieron 491.63 pesos en promedio. La contratación más barata fue de 100 pesos y la más cara de 1,500 pesos.
Este rango de precios es parecido a lo que destinaron mensualmente los mexicanos el año pasado, por el servicio de doble play (entre 239 y 1,629 pesos) y el de triple play (entre 426 y 994 pesos), según el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
Comportamiento atípico y no estable
Aunque se espera que la contratación de la telefonía fija y el internet crezcan durante el tiempo que sea necesario estar en casa para mantener la salud, pues seguirá siendo necesario hablar por teléfono y mantenerse conectado, no significa que esto se vaya a volver una práctica común de los consumidores.
De acuerdo con Carlos Camacho, director de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Comunicación de la Universidad La Salle, el home office –que llegó para quedarse– dio la posibilidad a las personas de probar servicios que antes no tenían, como la televisión de paga, y o más probable que se queden con ellos. Además, permitió que el servicio de telefonía fija emergiera, ya que cada vez menos gente lo utilizaba. Pero nada dura para siempre.
“Desde luego que se van a seguir contratando más servicios de este tipo en 2020 gracias al COVID-19. Sin embargo, el momento de valle tendrá un final, por eso ahora el reto es para las empresas, las cuales tienen que asegurarse de ofrecer incentivos para mantener la fidelidad de los usuarios. Tienen que cuidarlos”, agrega el country manager de la Agencia B12 México.
Un sector activo
Pérez asegura que la industria está por entrar a su mejor momento del año, pues el verano es el periodo en el que más contrataciones hacen los usuarios. Pero no se pueden confiar porque en este momento de recesión económica, puede haber una caída importante.
“Aquí debe quedar de lado, al menos por un momento, el lado comercial y entrar el social. La gente todavía se siente vulnerable, por lo que recurrirá a las marcas que le generen confianza, que se responsabilicen de sus actos y que resuelvan sus necesidades”, mencionó el académico de La Salle.
Para Mónica Perea, insighst manager de la consultora Havas, el sector ha sido de los pocos que ha sabido responder rápidamente ante los cambios del comportamiento del consumidor. Si bien, durante abril presentó una contracción de 8% respecto a su inversión publicitaria –lo que asegura su presencia en la mente de los usuarios–, tuvo un repunte de 6% en mayo (120 millones de pesos).